Un día sin taxi ¿llamado a misa?

Con bombo y platillo la alcaldesa Elizabeth Morales García conjuntamente con el Secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón, anunciaron en días pasados un programa inédito, que se aplicara a partir del día 29 de agosto de la presente anualidad, para que todos los taxis dejen de trabajar un día por semana, en base al último digito que tengan por número económico.

Desde luego tal medida tuvo el aval de un buen, de dirigentes del pulpo taxista, quienes tienen en sus manos decenas de concesiones y sin problemas de deudas con los nuevos vehículos que echaron a andar y menos por haber obtenido tales concesiones, pero el pobre ruletero que con trabajos se hizo de unas placas, ahí se lo haiga ¿Qué no?

Debo destacar que la medida es una prueba piloto, para aminorar el tráfico vehicular en la zona centro de esta ciudad capital y otras que viven entre el humo y el riesgo, al andarlos capoteando en las calles y avenidas, no solo a los taxistas, también autos particulares y autobuses, con sus enormes chacuacos, arrojando cantidades de humo, como ingenios cañeros en plena zafra.

El problema radica, en que la medida no tiene fundamento legal, pues existe un principio constitucional de que a nadie se le debe prohibir, que se dedique al oficio o profesión que mejor le convenga, así que detener a un ruletero en cualquier día y hora, se violaría una garantía individual y a través de algún juicio contencioso o de amparo, la autoridad tendría que recular, pidiendo una disculpa por tan grave atropello.

Tal vez aquellos dirigentes, que son juez y parte en este noble negocio, hagan un alto en el transporte público de pasajeros, pues ellos no han de tener deudas y deben reverencia al gobierno en turno, pero a los taxistas independientes a esos si se los va a llevar el tren, pues no tendrán de otra, más que inclinar el rostro o en su caso hacer uso de su derecho a la libertad de oficio y profesión.

Así que las autoridades, tendrán que enfrentarse a la ley y al rumor que por ahí empieza a gestarse, al considerar los amigos del volante, que la medida es solo cortina de humo para sacar unas mil concesiones que están en los archivos, sobre todo los taxis de color rosita, mismos que no andan circulando y los que hay están en manos de otro color y no rosaditas.

Si fuera así, de nada servirá ponerle voluntad de parte de los taxistas, pues seguirá circulando el mismo número, de servicio público de cuatro pasajeros, pero con otro color y el mismo uniforme ¿Qué no?

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