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Sección: Estado de Veracruz

Las palabras de la Ley

Una noción maquiavélica [I]

Salvador Martínez y Martínez Xalapa, Ver. 14/09/2022

alcalorpolitico.com

El trasfondo de la agenda de los medios de comunicación social en días pasados estuvo dominado por la noción maquiavélica: o Monarquía, o República. Al redactar este escrito resolvimos no acudir a los libros o revistas especializadas que abordaran el tema. Si las abogadas y los abogados desean hacerlo; recomendamos Fix-Zamudio, Héctor y Salvador Valencia Carmona. (2001). Derecho Constitucional Mexicano y Comparado. México: Editorial Porrúa.

Por su carácter sintético, optamos por la fuente de información ideal a este respecto: el diccionario especializado. Y, elegimos el Diccionario Jurídico Espasa en el artículo respectivo (p.651).

El Diccionario entiende por Monarquía esa forma de gobierno o de Estado, según las épocas, en la cual la magistratura suprema de la organización política tiene un carácter no representativo y corresponde a una sola persona -rey o príncipe- llamada a su función con carácter vitalicio, generalmente por ley de herencia y a veces por elección o designación, exenta de responsabilidad.



Lo expuesto en el párrafo anterior nos hizo recordar que al platicar con Emilio Gidi Villarreal sobre los diversos temas del libro breve de Introducción al Estudio del Derecho que, en coautoría y en la década de los 90s del siglo pasado, construimos para el bachillerato de Veracruz, hubo algunos de esos temas en los cuales, quien esto escribe, sólo escuchaba con respetuoso silencio la exposición del Maestro.

Uno de esos temas fue el de Las formas de gobierno del Estado. Hoy no reproducimos aquella plática, sino solamente rememoramos que en el libro aquel notamos: forma de gobierno es la estructura que en un determinado Estado adoptan los órganos encargados de ejercer las funciones que atañen a aquél, y desarrollar las relaciones que entre sí deben tener esos mismos órganos.

También estuvimos de acuerdo en reducir a dos las formas de gobierno que más han perdurado: la República y la Monarquía. Un estudio a fondo de cada una de esas formas de gobierno revelaría que tanto en la Monarquía como en la República pueden darse una infinidad de matices que responderían a diferentes procesos políticos de formación y desenvolvimiento, y aún a diversas tradiciones.



Nos quedó claro que la configuración de la Monarquía varía en su evolución histórica. El Diccionario Jurídico Espasa, en el apartado correspondiente, nos obsequia una síntesis primorosa de dicha evolución: Monarquía estamental, Monarquía absoluta, Monarquía constitucional y Monarquía parlamentaria.

En la Edad Media nace la Monarquía estamental, forma de gobierno propia del denominado “Estado feudal”, fundada en el dualismo que contrapone al rey con el reino, integrado éste por los estamentos; estos dos poderes independientes y enfrentados se limitan recíprocamente; del enfrentamiento surgirá un vencedor, el Parlamento en Inglaterra y el rey en Europa continental.

El mismo documento explica que la victoria del rey da lugar a la Monarquía absoluta que puede calificarse como forma de Estado, ya que el poder del monarca se extiende a toda la vida política, afectando a los elementos sustantivos del Estado, el rey es el titular único de la soberanía; la distinción entre Monarquía y República efectuada por Maquiavelo responde a esa concepción. A medida que desaparece el absolutismo y nace el Estado democrático, el rey pierde paulatinamente poderes efectivos y la Monarquía se va convirtiendo en forma de gobierno.



La Monarquía constitucional representa un primer paso en esa pérdida de poderes efectivos del rey; el monarca como los demás órganos del Estado, ostenta los poderes que le confiere la Constitución, ya no son ilimitados, aunque sí muy extensos: el rey es cabeza del poder ejecutivo y los ministros son responsables ante él, no frente al Parlamento; la iniciativa legislativa es ejercida con frecuencia por el rey, al igual que el veto de las iniciativas parlamentarias.

En algunos casos la Monarquía constitucional se entiende como aquella en la que al rey le corresponden todos los poderes no expresamente atribuidos por la Constitución a otros órganos del Estado.

La Monarquía parlamentaria constituye el último tramo en el proceso racionalizador de la institución; es una Monarquía constitucional, puesto que el rey sólo tiene los poderes que la Constitución le otorga; pero, además, tales poderes son meramente formales y simbólicos: el rey reina, el poder auténtico, material, se distribuye entre los demás órganos del Estado: Parlamento, Gobierno y Jueces.



En el librito para el Bachillerato de Veracruz, arriba mencionado, hicimos un resumen de las características de la Monarquía, por oposición a la República. El resultado muestra que las características de la monarquía son:
  • Esta forma de gobierno recae en un solo individuo, generalmente denominado rey o monarca. Generalmente, éste es designado por herencia y su mandato político es ilimitado en el tiempo.
  • Aunque tradicionalmente las monarquías se han apoyado en la divinidad para justificar y asegurar su estabilidad y permanencia, las monarquías del mundo moderno buscan el consenso o apoyo popular para lograrla.

  • Este fenómeno de cambio ha hecho que las monarquías se desenvuelvan de un concepto denominado “monarquía absoluta”, a otro vigente llamado “monarquía limitada”.
  • En la monarquía absoluta, llamada también monarquía pura, la soberanía se deposita en el monarca, que la ejerce ilimitadamente como última instancia de poder.
  • La monarquía limitada supone que el poder del monarca debe estar subordinado a frenos jurídicos y constitucionales. Esta modalidad de la monarquía ha desembocado en lo que se conoce como monarquía constitucional que concibe al rey como un mero símbolo de unidad nacional y de reconocimiento a las tradiciones imperantes.

Uno se puede preguntar acerca del éxito de los medios de comunicación social en los últimos días y se podrán señalar diversos factores, por ejemplo, la muerte de la Reyna Isabel II en el Reino Unido, pero, en México, no se puede pasar por alto el imaginario colectivo.

Los jóvenes de hoy prefieren la serie de novelas fantásticas escritas porla autora británica

J. K. Rowling, Harry Potter, pero, quienes pertenecemos a una generación de salida, sabemos que en el imaginario colectivo aún perduran las novelas de Alejandro Dumas, Los Tres Mosqueteros o La máscara de Hierro. Y, qué se puede decir del raudal de películas románticas con temas regios, por ejemplo, Sissi Emperatriz. En fin, en México son muchas las fiestas pueblerinas en las cuales los reyes son indispensables, por ejemplo, el carnaval de Veracruz con la reina del carnaval y el rey feo.

A pesar de todo, es nuestro parecer que el pueblo mexicano tomó la mejor decisión: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.” (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 40).

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