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Sección: Estado de Veracruz

Urgen la reapertura del museo comunitario “Serafín Olarte”, en Cuyuxquihu

- En el 2012 se realizó su inauguración, pero sólo funcionó unos meses y después fue cerrado

- Se necesita lograr la permanencia y continuidad del museo, para aprovechar flujos turísticos y generar ingresos para la comunidad

- El encargado Rolando Francisco, señala que éste no se podría operar ya que los comunitarios no sabrían atender al turismo

Juan Olmedo Papantla, Ver. 14/04/2014

alcalorpolitico.com


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El 23 de marzo de 2012, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, autoridades municipales y de PEMEX, anunciaban la apertura y remodelación del que fue por muchos años el sueño de quienes habitan en la alejada comunidad de Cuyuxquihui, del museo comunitario “Serafín Olarte”, mismo que hoy luce cerrado y sin operación, ante la falta de personal capacitado.

El lunes 26 de marzo de ese mismo 2012 se llevó a cabo la inauguración, con la presencia de autoridades de los tres niveles de gobierno, sin embargo apenas funcionó unos meses y después fue cerrado. Por lo que urge garantizar el funcionamiento del museo y la capacitación de diferentes sectores de la población a fin de lograr la permanencia y continuidad del museo.

De acuerdo con Jesica Hernández Tavera, quien es investigadora y gestora cultural, urgen estrategias de sustentabilidad para el mismo, para así reforzar la organización comunitaria y fomentar iniciativas que redunden en una mejor calidad de vida para los habitantes; además de promover los diferentes espacios turísticos de la zona para aprovechar flujos turísticos y generar ingresos para comunidades.



El museo comunitario “Serafín Olarte” es un espacio cultural paradigmático de la región. Reconocido ampliamente como ejemplo de autogestión comunitaria, cumple en 2014, 29 años de haber sido creado. Situado en el corazón de Cuyuxquihui, fue inaugurado en 1985, cuando las tradicionales paredes de tarro y techado de palma conformaban sus salas etnográfica y arqueológica, mismas que aún con apariencia sencilla estaban llenas de valor para quienes se preocupaban por la memoria histórica de su pueblo.

Sin embargo, los cambios estructurales del ejido, específicamente los referentes al parcelamiento interno, generaron conflictos al interior de la comunidad, la organización y participación social se enfrió y poco a poco, aquellos actores sociales que participaban con el museo (comité de ruinas y de museo, amigos del museo, asociaciones e instituciones culturales) se fueron alejando o limitando las actividades y acciones propias de su cargo o bien, dirigieron su atención a otras comunidades.

Esta ardua tarea de repartir el ejido en parcelas equitativas desgastó a la comunidad durante más de diez años (tiempo que permaneció cerrado el museo) trajo como consecuencia pobreza, rezago en comparación con otras comunidades, enemistades entre las familias afectadas por el parcelamiento y el distanciamiento de instituciones externas en todos los ámbitos.



En el ámbito cultural, desapareció la relación que el comité de museo mantenía con agencias como el Instituto Nacional Indigenista (INI ahora CDI), Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Dirección General de Culturas Populares (DGCP) y el Ayuntamiento; quienes habían impulsado proyectos sociales en la comunidad.

El conflicto ejidal y el distanciamiento de las instituciones, mermo el ánimo de la fragmentada población de Cuyuxquihui, quienes a falta de estímulo abandonaron por completo al museo. La falta de mantenimiento deterioró hasta su inutilidad materiales museográficos; quebrantó la infraestructura; propició la perdida de piezas y de fe en las acciones operativas.

Hernández Tavera dijo que actualmente se requiere la apertura del Museo comunitario “Serafín Olarte” en horario establecido en el plan de trabajo; mantenimiento de inmueble y áreas verdes; organización de asambleas comunitarias con carácter informativo; difusión; creación de imagen comunitaria; creación y constante actualización de redes sociales del Museo Comunitario.



Otras de las necesidades son la organización y promoción de museo mediante la realización de festivales culturales y eventos a lo largo de todo el año. Sin dejar de lado la vinculación con otras instituciones como el INAH, CDI, DGCP, UNAM, IPN, UAM, UV, así como la Unión Nacional y Estatal de Museos Comunitarios y Eco-museos.

La entrevistada señala que la capacitación de la población, permitirá que el museo comunitario esté abierto a visitantes todo el año, aplicando un proyecto sustentable que impida su abandono. Así mismo se prevé que haya organización y desarrollo de eventos culturales de acuerdo a fechas importantes de la comunidad, que satisfagan las necesidades de los habitantes y resulten atractivos a visitantes.

No saben atender al turismo



Rolando Francisco de la Cruz, quien es actual presidente del comité comunitario encargado del museo, señala que la operación de éste no se puede realizar porque las personas no saben cómo atender a la población que arribe al lugar, mucho menos al turismo y peor aún a los extranjeros, pues no cuentan con conocimientos y no dominan una lengua extranjera.

El entrevistado reconoce la necesidad de que el Museo sea Operado por personas capacitadas, incluso asegura que buscarán la posibilidad de que el Centro INAH Veracruz pudiera designar a una persona que pueda desempeñarse en el museo y así poner a funcionar este complejo turístico que alberga piezas prehispánicas de gran valor, así como un rifle que perteneció a Serafín Olarte, caudillo revolucionario de origen Papanteco. Las piezas fueron donadas por los habitantes de la comunidad.