Usuaria de taxis “los 15” avala la buena atención que brindan las operadoras

Psic. Joaquín Rosas Garcés
Director General


Como lectora frecuente de este espacio, dentro del cual me han brindado la oportunidad de publicar mis comentarios en un par de ocasiones; le agradecería de nueva cuenta la atención al presente.

Esta vez encuentro la queja de dos ciudadanos, uno trabajador del servicio de radiotaxis y otro usuario de los que conocemos como los “15”, en contra de la operadora, la Sra. Silvia. Quiero resaltar que con todo el respeto que me merecen estas personas que omiten sus nombres por temor a represalias, yo difiero de lo expuesto.

La que suscribe Arq. Sandra Huesca y mi familia, quienes somos clientes de estos radiotaxis desde hace más de 7 años; tiempo que nos ha permitido conocer a muchos de sus operadores de taxis y obviamente a las operadoras telefónicas, entre ellas la Sra. Silvia (a quien no tenemos el gusto de conocerla en persona, pero si todos los días vía telefónica) externamos lo siguiente.

En lo que se refiere al trato que Sra. Silvia nos ha brindado a los diferentes usuarios de esta familia, siempre ha sido amable y cordial; por supuesto, como a todo ser humano nos ha ocurrido en algún momento podemos cometer errores u omisiones en el desarrollo de nuestro trabajo. No negaré que en todos estos años en alguna ocasión hayan demorado para que me respondan una llamada ó en que me consigan unidad ó que hayamos tenido la mala atención por parte de algún chofer.

Por otro lado, personalmente he escuchado infinidad de llamadas de atención a los choferes de taxis o regaños como dicen, y no solo de la Sra. Silvia sino de las demás operadoras (a las que también identifico pero omito sus nombres); situaciones que la mayoría de las veces me causa risillas y chascarrillos. Pero también sé por pláticas triviales con muchos de estos operadores de taxis, que hay los que congenian con una operadora o con otra o los que les molesta que les llamen la atención o que sea esposa, hija o familiar de fulanito o hasta los que nos tienen identificados como clientes deseables o no.

En fin, para los que no son usuarios de estas unidades, deben saber que sus políticas de trabajo son estrictas y que únicamente se escuchan: las solicitudes de servicios, los reportes a los mismos y su asignación, claro y los “regaños”, que cuando necesitan una información o apoyo deben pedir permiso para hablar o cambiar frecuencia. Si algo me ha mantenido cautiva de los “15” es precisamente el control estricto que tienen, ya que los choferes no hacen uso de los radios para hablar de sus pasajeros con los compañeros y/o diciendo sandeces como me ocurría con otros servicios de radiotaxis; que las operadoras también tienen presión por parte de los clientes para conseguirles unidades, así como estresante es el trafico para los choferes y ni se diga los clientes que somos difíciles de complacer.

Atentamente
Arq. Sandra E. Huesca Barradas