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Sección: Estado de Veracruz

UV y Ayuntamientos sanean el río Naolinco, de éste dependen más de 20 mil veracruzanos

- La colaboración entre sociedad, gobiernos e instituciones puede revertir el daño ambiental

- En 2010, el proyecto ganó el Premio Estatal de Medio Ambiente, en la categoría municipal

Edith Escal?n Xalapa, Ver. 16/08/2010

alcalorpolitico.com


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Más de 20 mil veracruzanos que habitan en los municipios de Miahuatlán, Naolinco, Tonayán, Acatlán y Landero y Coss serán beneficiados con el saneamiento de la cuenca del río Naolinco, donde la escasez de agua y la contaminación de la poca disponible afecta cada vez más las actividades agrícolas, ganaderas y turísticas de los pobladores.

Académicos y estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) coordinan el proyecto que cuenta con el apoyo inicial de los municipios más afectados –Miahuatlán y Naolinco–, además de un financiamiento por más de 1.8 millones de pesos de los Fondos Mixtos de Veracruz, a ejercer en tres años de duración.

Gracias a los trabajos ya realizados en la primera fase y a la colaboración entre sociedad, ayuntamientos y la institución, este año la UV y los municipios que han iniciado el diagnóstico del problema y propuestas para su solución obtuvieron el Premio Estatal de Medio Ambiente, en la categoría municipal.

Además de las acciones ya emprendidas, el proyecto de saneamiento contempla fomentar proyectos productivos sostenibles como el cultivo de trucha, la cultura y conciencia ambiental a través de un programa de educación ambiental, así como el fortalecimiento de grupos civiles y sociales locales, una iniciativa que será ejemplo de colaboración en pro del medio ambiente.

Agua para municipios marginados

El río Naolinco es la principal fuente de abastecimiento de agua para Miahuatlán (en un 100 por ciento), Naolinco (en un 75 por ciento) y en menor proporción para Tonayán; tan sólo en estos tres municipios, más de 15 mil personas en sus zonas urbanas dependen de él.
Además, Tonayán y Miahuatlán presentan alto índice de marginación, y Landero y Coss es uno de los 10 municipios con mayor migración en la entidad, por ello resulta vital este cuerpo de agua que alimenta la producción agrícola, ganadera, las actividades comerciales y turísticas, y ayuda a preservar sus ecosistemas locales, principalmente bosque mesófilo de montaña.

Éste mantiene una gran biodiversidad y es sumamente importante por sus servicios ambientales, entre ellos la captación de agua que puede reducir el escurrimiento pluvial y aumentar la recarga de los mantos acuíferos, aumentando la cantidad de agua disponible entre siete y 158 por ciento, además de disminuir las inundaciones y sequías que dañan a los sistemas agropecuarios.

Compromiso de las comunidades

En la primera fase del proyecto, los universitarios realizaron diagnósticos científicos y talleres participativos en Naolinco y Miahuatlán para definir junto con la gente local la problemática que enfrentan, y delinear posibles acciones que permitirán controlarla.

“La colaboración de la gente y la disposición de las autoridades nos ha permitido avanzar en el diagnóstico y ha demostrado que sociedad, gobiernos e instituciones podemos revertir el daño ambiental”, comentaron Sandra Mesa y Clementina Barrera, coordinadoras del proyecto y académicas de la UV.

Así, junto con comités comunales, los universitarios iniciaron en ambos municipios acciones de reforestación, acuacultura, tratamiento de aguas residuales, aprovechamiento del suero de la leche que generan los productores de queso, rehabilitación física del río, educación ambiental y difusión de actividades para incrementar la participación social.

Las académicas reconocieron el profundo conocimiento que tiene la gente sobre sus recursos, como lo evidenciaron las alternativas que plantearon en los talleres: “Hay personas que ya tenían en marcha estrategias para sanear la cuenca o evitar la contaminación, nosotros ofrecemos una guía, pero en realidad ellos son los que hacen propuesta y se encargan del trabajo”.

Problemas complejos

De acuerdo con el diagnóstico universitario, el río es sometido a una fuerte presión ambiental de los habitantes por la extracción de agua para uso agrícola, pecuario, industrial y doméstico, así como la descarga de aguas residuales en toda la microcuenca, por lo que presenta una problemática compleja.

“La actividad económica de Miahuatlán es la producción de quesos, se tienen datos locales de que más de 20 mil litros de leche son procesados diariamente y las aguas de desecho son arrojadas –en su mayoría– al drenaje, pues el sistema de tratamiento que se instaló en los noventa ha quedado abandonado y sin operación”, señala el estudio.

Además, sus aguas reciben cada vez más sedimentos producto de las actividades agrícolas, el cambio de uso del suelo y la creciente urbanización, afectando la diversidad biológica, la degradación de la calidad del agua, la disminución del caudal histórico y la pérdida de pozas y rápidos.

Debido al deterioro de la calidad del agua del río, originada por las descargas del drenaje de Miahuatlán, ya no se realiza acuicultura y tampoco se utiliza como agua de abastecimiento. La afectación principal se da en Naolinco, que ha tenido que buscar fuentes de abastecimiento en las partes altas de la cuenca, lo que representa problemas económicos, explicaron las académicas.

Manejo integral de la cuenca

La propuesta de la UV consiste en implementar el “Programa para la restauración integral de la microcuenca del río Naolinco, Veracruz”, integrado por siete líneas de acción: las prioritarias para la recuperación ambiental de la microcuenca; conservación y reforestación; saneamiento de los cursos fluviales de la microcuenca; tratamiento de aguas residuales de queserías de Miahuatlán; proyectos productivos sostenibles como el cultivo de trucha; cultura y conciencia ambiental, y el fortalecimiento de grupos civiles y sociales locales.

“Debemos desarrollar un programa integral de manejo de la microcuenca para atender desde diferentes líneas los problemas que afectan, por una parte, al ser humano y, por otra, al medio ambiente”, explicó Clementina Barrera, académica de la Facultad de Biología de la UV.

Para ello, el trabajo se ha enfocado en atender la problemática identificando algunos procesos de deterioro ambiental, consecuencia de los procesos de explotación no regulada de los recursos naturales de diversos sectores productivos, así como diversos obstáculos para la gestión integral de la microcuenca.

Para Sandra Meza, esto refuerza la necesidad de contar con un plan de acciones prioritarias que sirvan como referencia para la recuperación ambiental, de donde se desprenden las siete líneas de acción mencionadas que serán la guía de trabajo para los universitarios y las comunidades en los próximos años.

Las coordinadoras del proyecto resaltaron la importancia de fomentar la participación comunitaria a través del desarrollo de actividades que generen algún beneficio entre la población, como la piscicultura, específicamente el cultivo de trucha: “Hay que recordar que las comunidades no tienen muchas alternativas de subsistencia, por eso es que les resulta más atractiva la participación en un proyecto como éste”.

Reconocieron también la necesidad de implementar programas y actividades de educación ambiental que atienden a la población docente y estudiantil en sus niveles iniciales (primaria) y que genere un mejor conocimiento de la problemática de la microcuenca, así como de las soluciones y participación social en la solución del problema.

Colaboración y avances

Según las académicas, la colaboración entre la comunidad, las autoridades y la Universidad ha sido muy productiva desde el inicio, pues se han llevado a cabo actividades y avances en cada una de las líneas de acción.

En el programa de reforestación elaboraron un diagnóstico preliminar e hicieron recorridos en campo para colectar especímenes para herbario y semillas de especies arbóreas nativas de la cuenca, así como talleres comunitarios y reuniones de trabajo con pobladores locales para identificar sus necesidades.

Para el saneamiento de la cuenca iniciaron la evaluación de la calidad del agua en manantiales, corrientes tributarias y la corriente principal del río Naolinco, así como las aguas residuales y los desechos de la producción de quesos, indispensable para saber en qué condiciones se encuentra. Adicionalmente, capacitaron a ciudadanos de Miahuatlán y Naolinco en monitoreo comunitario del agua.

Para encontrar y proponer alternativas para el lactosuero generado por las actividades del procesamiento de la leche, los estudiantes y académicos universitarios comenzaron la investigación bibliográfica sobre las alternativas de reutilización. Y en cuanto a proyectos productivos, realizaron tres salidas para analizar los arroyos que podrían ser útiles para el cultivo de la trucha.

“Aunque hemos avanzado hay mucho trabajo por delante; el compromiso de la Universidad es apoyar el desarrollo de estas comunidades, promover el saneamiento de la cuenca e impulsar alternativas para que exista un verdadero desarrollo sustentable”, comentó Clementina Barrera.

Cabe mencionar que en el proyecto han participado más de 15 estudiantes de licenciatura y posgrado de la UV, así como siete profesores e investigadores de las facultades de Biología e Ingeniería Química en Xalapa, Ciencias Químicas de Orizaba, el Centro de Investigaciones Tropicales, y los institutos de Genética Forestal e Investigaciones Histórico-Sociales.