Aunque no están en el “top ten” de las mascotas exóticas, como los reptiles o las tortugas, las tarántulas, los escorpiones y los alacranes son buscados por un grupo selecto de personas que sabe apreciarlos como mascota no convencional, explica el biólogo Fabián Ramírez Valencia.
El fundador y administrador del Predio o Instalación para el Manejo de Vida Silvestre (PIMVS) “Arácnidos del puerto” —el primer promotor veracruzano de este tipo de animales para su conservación y protección como mascotas—, comenta que su mala fama es mundial, porque siempre han sido calificados como animales dañinos o de mal agüero.
“Algunos dicen que son malos. Ese adjetivo yo no lo uso, porque no hay animal bueno ni malo”, aclara.
Ubicado en la calle Centenario de Benito Juárez, en Boca del Río, “Arácnidos del puerto” es también una organización para la conservación del medio ambiente, cuyo lema es “educar para conservar” y el reto con las tarántulas, los escorpiones y los alacranes es cambiar el paradigma de lo que se cree de ellos y educar a niños y adultos sobre su importancia en nuestro ecosistema.
Las tarántulas, inofensivas
Aunque son venenosas, las tarántulas tienen un veneno neurotóxico de nivel uno, que si bien puede matar una cucaracha o un ratoncito, es inofensivo para el ser humano.
“A un humano sí lo pueden morder pero no le van a provocar una reacción de muerte. Lo más que le pueden provocar, en caso de que la persona sea alérgica a las neurotoxinas, es una ligera taquicardia o fiebre y hasta ahí”, comenta el biólogo.
Los niños, cuenta, cuando tienen acceso a las tarántulas, al principio les da miedo pero una vez que les explica su identidad, su manera de actuar y tienen oportunidad de tocarlas, se les quita el miedo.
Sin embargo, añade, se les enseña a no confiarse en su manejo, porque las tarántulas tienen algo muy interesante, “poseen una memoria de corto plazo; a las 24 horas se les borra todo”.
Así que como mascota no convencional, a diferencia de un perro o un gato, que a pesar de estas acostumbrados al trato de su dueño algunas veces lo desconocen y podrían agredirlo, en el caso de las tarántulas pasa lo mismo en su proceso de domesticación.
“Entonces, lo mismo pasa con las tarántulas, no son animales de estar agarrando todo el día, de que me lo voy a poner en la cara para que me acaricie, no, es un animal de un grupo muy selecto que gusta de apreciar su belleza”.
Alacranes pueden ser mortales
En el caso de los alacranes, ya estamos hablando de algo de importancia médica, porque el alacrán tiene el mismo tipo de veneno neurotóxico pero nivel 3, 4 y 5.
Son, por ejemplo, más venenosos que una víbora de cascabel y más territoriales que las tarántulas y siempre están a la defensiva. Cualquier cosa que no esté dentro de su ambiente y no les sea normal, van a atacarlo, explica Fabián Ramírez.
—¿Pueden provocar la muerte de una persona?
“Sí, pueden provocar la muerte. Ellos sí provocan taquicardia, sudor frío, nausea, que se duerma la lengua o media parte del cuerpo, todo ese tipo de cuestiones”.
“Los escorpiones no, son igual que las tarántulas. El nivel 1 no pasa nada. Duele el piquete pero es un piquete muy diferente al alacrán. El alacrán hace por quedarse pegado mientras que el escorpión nada más es un rayón. Te pica y saca el aguijón”.
—¿Hay antídotos?
“Que yo sepa antídotos se manejaban solamente de la zona centro al norte del país. Aquí la verdad, sobre antídotos, sobre todo para los alacranes, no”.
Sobre el “crucetillo”, una fruta mezclada con alcohol, que en muchas comunidades veracruzanas tiene fama de curar desde una picadura de mosco hasta de una serpiente, dice que no está comprobado científicamente que sea un antídoto.
“Lo que funciona con el crucetillo es el alcohol. El alcohol hace que las neuronas se calmen, que uno esté en un estado de reposo y que mentalmente uno no sienta dolor pero el efecto sigue. Científicamente no está comprobado que el crucetillo ayude en eso. Uno está alcoholizado o bajo los efectos de una droga, por ejemplo y ve que a un borracho o a un drogadicto le pegan y se sigue levantando y parece que tiene súperpoderes pero no está sintiendo los efectos en ese momento”.
El veneno, necesario
El PIMVS “Arácnidos del puerto” se dedica básicamente a la reproducción de arácnidos exóticos y nacionales para su venta legal a mayores de edad, reitera Fabián Ramírez Valencia. No los buscan en su hábitat natural porque eso sería ilegal.
“Yo no tengo permiso para extraer. Yo lo que hago es que los compro en otras PIMVS o UMAS del país. Los traigo, me fijo las tallas, de qué edad, para hacer los cruces. Los que nacen los reporto, porque estoy dado de alta con SEMARNAT. Ellos me mandan un oficio con un número de permiso para esos animales. Con ese número los comercializo”.
A los que mueren durante el proceso de crianza los conserva en líquido o en seco, dependiendo y se hacen trabajos de colección científica para llevarlos a escuelas a las clases de educación ambiental, del taller que tenemos o se exhiben en museos, restaurantes y ahí la gente va conociendo algo más de estos animales.
—¿Al comercializarlos, los vende ya sin veneno, inofensivos?
“No, el veneno lo deben de tener. Si yo le quito el veneno a ellos les tengo que quitar los colmillos o el aguijón. Y es importantísimo para ellos porque participa en el proceso de digestión. Es como si a nosotros nos quitaran los dientes, la lengua y nos cerraran la boca. Imagínese lo que nos pasaría”.
Educar para conservar
Para los niños, en las escuelas, los talleres y las charlas de “Arácnidos del puerto” son siempre muy interesantes. “La respuesta ha sido siempre positiva”, nos dice Fabián.
Sí, los niños llegan con temor, con una especie de aracnofobia, con los famosos paradigmas, “es que me dijo mi mamá, mi abuelito, que son malos”.
Más que una plática con un biólogo, los niños tienen una charla con un amigo, añade.
Los más pequeños, sobre todo, están muy influenciados por la aracnomanía.
“A los de primaria y kínder les fascina todavía todo eso. Les digo, miren niños, son inspiración para muchos personajes. Llevo una caja con insectos y un chapulín y llevo una imagen del chapulín colorado. Llevo la imagen de spiderman, la de la viuda negra, de los vengadores, para que los niños sepan de dónde se basaron para hacer esos personajes”.
A las escuelas lleva tarántulas, alacranes y escorpiones, aparte les llevamos, si tienen proyector, un programa exposición, desde kínder hasta universidad, posters, dinámicas, todo lo que tienen que saber sobre los arácnidos.
—¿Cuáles son los beneficios de estos animales en los sistemas ecológicos?
Son controladores de plagas naturales, se van a comer al ratón que hay en casa, van a alejar a los alacranes; las tarántulas alejan a los alacranes, que no son animales que te van a atacar nada más porque sí, al contrario, ven a una persona y van a huir, si te llegaran a atacar lo van a hacer por defensa, una vez acorralado pero eso pasa con los niños, tienen mucha participación, quieren tocar a una tarántula por primera vez.
Se les comenta sobre la cultura de las tarántulas en nuestro país, sobre el origen de su nombre, en fin, todo aquello y ya hasta que la pueden tocar, se siente suavecita y ya se rompe lo que tenían en la mente.
Se les enseña a manejarlas en cautiverio, como agarrarlas, buscamos romper esos paradigmas negativos con hechos verídicos, científicos y que aprendan a conservar. “Nuestro lema es educar para conservar”, insiste Fabián Ramírez Valencia.
“Una escuela no educa, enseña los conocimientos del mundo. La familia educa, un biólogo educa acerca de los organismos con los que vivimos, eso es lo que yo busco”.
Además de la venta de los arácnidos y de alimentos vivos, como las cucarachas, Fabián Ramírez Valencia hace, desde “Arácnidos del puerto”, taxidermia, cajas entomológicas para las colecciones científicas y es profesor de secundaria y de bachillerato.
Su negocio de arácnidos es el primero en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y se involucró en esto por su pasión por estos animales, por la conservación y el cuidado del medio ambiente.