Vicente pedaleó “en peregrinación” desde la Basílica de Guadalupe hasta Coatza

A sus casi 30 años, Vicente Álvarez Gallegos, originario de Cárdenas, Tabasco, cumplió una nueva travesía de fe, pedalear desde la Basílica de Guadalupe a Coatzacoalcos, acompañado únicamente por una imagen que considera parte de su hogar.

“Salí de mi casa el día 2 en camión, llegué a México el 3 y en la madrugada comencé a avanzar. Traje conmigo a la Virgen porque ella es la Virgen de mi casa y viaja conmigo donde voy”, relató.

Vicente cuenta que llegó con su bicicleta desarmada, la armó al descender del autobús y comenzó a andar con la imagen en su espalda. Se presentó en la Basílica, descansó en la Casa del Peregrino y continuó en solitario su ruta hacia Coatzacoalcos, donde asegura que era su destino volver a presentar a la Virgen en el santuario local.



Aunque reconoce que el camino ha sido peligroso, afirma que su fe ha sido su impulso. “Nos han gritado, nos han aventado basura, pero lo único que podemos decirles es que Dios los bendiga y seguir. Gracias a Dios la Santísima Virgen nunca nos ha dejado”.

Desde los 14 años, Vicente participa en recorridos guadalupanos. Lleva 16 años corriendo antorcha y, desde los 17, lo hace completamente solo, visitando santuarios en Veracruz, Villahermosa y próximamente, dice, planea viajar a Sinaloa.

Su experiencia le permite afirmar por qué Coatzacoalcos se ha convertido en un punto de llegada y retorno para peregrinos del sur del país. “La palabra lo dice, este es el santuario de nuestra madre Santísima. La gente viene porque aquí vive la Virgen, aquí es su casa. Todo hijo de María viene a pedirle y agradecerle. Lo que entregamos, lo entregamos de corazón”.



Vicente Álvarez Gallegos se prepara para retornar camino rumbo a Tabasco en bicicleta para llegar el 11 de diciembre y entrar con devoción el día 12, cuando el fervor guadalupano alcanza su punto más alto.