Las personas y familiares que sufren los efectos de la violencia no deben ser sólo números; son ciudadanos, pueblos que están sufriendo a causa de esta realidad social que se sigue viviendo en el Estado, indicó el vocero diocesano Helkyn Enríquez Báez.
Entrevistado en referencia a los hechos de inseguridad que prevalecen en la Entidad y afectan a los veracruzanos, dijo que como lo indican las estadísticas que el mismo gobierno proporciona, es evidente el aumento en el número de homicidios y de acontecimientos violentos.
"Pues se ha incrementado en los últimos años y pues a esto responde lo que los obispos y otros sectores, no solamente la iglesia piden: la revisión de las estrategias de seguridad que ayude a combatir verdaderamente la violencia, una correcta procuración de justicia y pacificación y tranquilidad en las comunidades".
El clerigo enfatizó que la violencia y sus frutos no son una cuestión que solamente una parte de la población sufre, pues muchos ciudadanos son víctimas de lo que está expresando a través de estadísticas.