Una de las tradiciones paganas más arraigada en Las Huastecas, son las fiestas de Xantolo, a las que el calendario de la iglesia católica reconoce como el día de Todos los Santos o de Los fieles difuntos.
Esta costumbre de celebrar el retorno de los difuntos a la tierra, mediante rituales y ceremonias llenas de colorido y abundante en alimentos, formaba parte de la cultura indígena de los antiguos mexicanos, los rituales se continuaron practicando por los aborígenes, a pesar de la conquista,
como una regresión y rescate de sus antiguos creencias.
Por la persecución de que eran objeto, tenían que practicarlos a escondidas
en la profundidad de los bosques, en las crestas de las inaccesibles montañas, para evitar la aprensión y muerte de sus oficiantes, implementada por los frailes y encomenderos que vigilaban la pureza de la religión católica y castigaban la obsesiva idea de alejar a los naturales de la disimulada invocación y adoración de sus dioses protectores.
Ante la necedad arraigada y contumaz de los conquistados, estos fueron cruelmente castigados o condenados a muerte por creer
que el hombre no muere, vive en el mas allá y en el recuerdo de sus seres queridos, es transportado al inframundo a donde los dioses buenos los transportan según haya sido su vida y su muerte, buena o mala, vil o gloriosa, digna o vergonzosa, estoica o cobarde, llevándolos según esto, a distintos espacios de goce o de sufrimiento, teniendo sus familiares y amigos la
seguridad de que un día regresan a verlos y a convivir con ellos en la tierra.
La mayor dignidad y gusto de los mortales, habitantes de esta basta región, el hecho mas importante, es en estos días, hacer fiesta y ofrendar, se guardan los machetes, se posterga la faena y todos se concentran en la fiesta, se encienden las velas y veladoras con el nombre del muertito, se arranca la música de violín y de la guitarra, suena el caracol y el cuerno convocándolos a bailar, se estremece el cielo y la tierra con el estruendo de los cohetes que señalan la alegría y los difuntitos bajan a degustar el pan y los tamales, el café y el aguardiente, el tabaco en hoja y los cigarrillos, a aspirar el humo del místico copal,
cuyo olor señala a los difuntos que los caminos espirituales están limpios,
Nuestros muertos retornaran felices al Mictlan, si nos han visto contentos, gozando de la fiesta disfrutando de la abundancia de alimentos, con ello les decimos que estamos bien, que nos ha ido bien, que los recordamos y que seguimos queriéndolos mucho, como ellos pueden constatarlo, Sabemos que nuestros antepasados ese día están ahí, aunque no los veamos,
los sentimos, los intuimos en el ladrido del perro, en la presencia de un pájaro, en el susurro del viento, a veces en esas noches, los descubrimos en cualquier ruido, en el sueño, en el movimiento de las hojas, ahí sentimos que se manifiestan, que están a nuestro
lado conviviendo, que se paran al lado del altar y que caminan con nosotros.
Les ponemos nombre, vino el abuelo, yo lo oí cuando se quejo. Oyeron al tío?, tosió igualito. Los pasos eran como los de papa cuando se levantaba, el caballo estuvo relinche y relinche por que vino Juan su jinete.
Actualmente ya no se colocan monolitos de barro en los arcos de forma cónica, en cuya estructura simbólicamente se recuerda los cues, sitios de tumbas y de los viejos dioses. Ahora como un natural sincretismo, Judeo Mexicano, se coloca en los altares a la siempre santa virgen María y a nuestro señor Jesucristo en todas nuestras casas y cementerios.
En la iglesia católica, no hay tamales, hay tolerancia a este paganismo inarrancable del espíritu de los Mexicanos, particularmente de los huastecos.
La fiesta grande es los días Primero y Dos de Noviembre, pero para el pueblo no es un acto simplemente cronológico, ocurrente
o espontáneo, es un ritual que se prepara con tiempo, comenzando el día 29 de Septiembre, este día en la región Huasteca, es el día de San Miguel Arcángel, donde desde temprano se copalea la casa y se ruega al Señor Dios que le permita a nuestros muertos bajar a su fiesta a acompañarnos, los tamales se colocan en la mesa y se reza agradeciendo al señor su ayuda, los naturales dicen simplemente que es día grande por que se comienzan a preparar todo para recibir a los difuntos, este día se abren las puertas del cielo.
La segunda ofrenda es el 18 de Octubre, día de San Lucas, donde se ruega que se de permiso a los que murieron en desgracia, con violencia, traicionados o que hubieran cometido alguna falta, invocando que también se presenten que se les de permiso y que se porten bien.
Se preparan las cuadrillas de la viejada, las danzas, la malinche, se adquieren los atuendos, todos los días se ensaya en las comunidades, principalmente en Tantoyuca y en Tempoal, donde hasta mas de 40 cuadrillas todas las noches poseídos del espíritu chantolero, bailan y bailan en grupos de 30 o 40 personas, hasta el día Primero y 2 de Noviembre en que el pueblo católico entero, coloca un altar en cada casa y recibe a los visitantes con humeantes tamales, luego viene el destape de los enmascarados, pues todos los danzantes disfrazados de mujer, confunden a la muerte que anda buscando a los hombres para llevárselos. Ellos creen que danzando los que bailaron ingresaran al cielo más fácil y que la danza los aparta de los infiernos por eso hay que bailar 7 años.
Culminando el día 30 de Noviembre con una tamalada, en este día se despide a los muertos y se cierran las puertas de salida del Mictlan hacia este mundo. 62 días abarca la celebración.
1Con este motivo el pueblo de Tantoyuca en general, convocados por la Organización cultural Mictlantecutli, celebramos el 29 de Septiembre en la plaza principal de la ciudad, el día de San Miguel Arcángel, como una representación de lo que en ese momento se estaba celebrando en los hogares huastecos, colocando las primeras ofrendas, el acontecimiento con las modalidades del día, se repetirá el próximo 18 de Octubre día de San Lucas, con la firme creencia espiritual en esta tradición que hace vibrar nuestros corazones con el cariño que sentimos por los que ya se fueron y que en Xantolo estarán con nosotros.
Twitter: @lucianoblancoG