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Columnas y artículos de opinión
Estado colapsado
Helí Herrera Hernández
23 de febrero de 2015
alcalorpolitico.com
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Nos guste o no, un exgobernador de cualquier entidad, o un expresidente es una persona con datos e información bien documentada, soportada y dada por los organismos de inteligencia que el Estado mismo ha creado para su sobrevivencia.
 
Escribo esto luego de leer en periódicos nacionales la afirmación de don Vicente Fox, que la semana pasada afirmó que Enrique Peña Nieto estaba en >jaque<, y que le faltaba poco para que le dieran >mate<. Allí, en ese momento me pregunte: ¿De qué tamaño estará el grado de descomposición el gobierno del hombre de Atlacomulco, como para que su principal admirador, impulsor y apologista lo esté colocando en el umbral del colapso?

 
Conocemos las ocurrencias de Chente Fox y lo conocemos a él, como hombre y como funcionario. Sabemos que goza de información privilegiada de tal magnitud, que lo empujó a señalar el dilema en que se encuentra el actual titular del Poder Ejecutivo, y que, desde luego, no es nada más la que conocemos o que los medios extranjeros se han encargado de divulgar de tres meses para acá.
 
Y es que el gobierno de Peña Nieto se ha convertido en la cueva de Alí baba donde todo mundo peca. Si hay un timbre que los distingue es la corrupción que desde que fuera gobernador es el sello de la casa. Fue por eso que logró comprar la candidatura de su partido primero, y luego la Presidencia de la República, gracias a los ríos de dinero que corrieron para conseguir el objetivo más preciado de todo grupo político.
 
Lo que intuíamos poco a poco ha ido saliendo a relucir, primordialmente en lo que se refiere a las fuentes de financiamiento de aquellas élites económicas acostumbradas a no dar paso sin conseguir guarache, aprovechando la ambición de éstos políticos que hoy desgobiernan a México.

 
Ahora sabemos que no sólo Televisa le construyó una vida de telenovela a Peña Nieto, donde puso todo, desde dinero, tiempo y hasta capital humano. Los escándalos que recién han salido a la luz publica en periódicos y revistas prestigiosas internacionales (y no nacionales –salvo proceso-, como para ver el grado de corrupción que permea al periodismo en México), como The Wall Street Journal, The Economist, The New York Times y Le Monde, entre otros, difundiendo la información sobre las propiedades insultantes para un país con más de más de 64 millones de pobres y de ya cerca de 15 de miserables, del presidente y su familia, así como de integrantes de su gabinete, gracias a la donación de obra pública al Grupo Higa a cambio de sobornos multimillonarios, ha generado un desprestigio mundial a su gobierno, y la condena de varios Jefes de Estado a él como Presidente, porque lo ven como un comportamiento inaceptable en las democracias.
 
Pero allí están también los casos de enriquecimiento, ahora explicable, de su secretario de Hacienda, y del político priísta a quien encargó el proyecto rey conocido como Pacto por México Pepe Murat. Quien de acuerdo a una investigación del periódico neoyorquino The New York Times es dueño, en la gran manzana de la ciudad de los rascacielos: Nueva York, de por lo menos dos departamentos de lujo, costando, sólo uno de ellos cinco millones de dólares, y que absolutamente nadie cree que con su salario de gobernador de Oaxaca, inclusive, hubiera podido acumular tal fortuna, sino por medio del robo al erario publico, al tráfico de influencias y a la corrupción.
 
La clase política a la que pertenece Enrique Peña Nieto, a la luz pública no tiene llenadera. Ni caso tiene espulgarle porque la amargura de todos aquellos que sobreviven en este país donde la miseria, la pobreza, la inseguridad, el temor y el desempleo son el pan de cada día, mientras los gobernantes en ciernes se dan una vida de jaques, príncipes y sultanes, en una completa impunidad.  

 
Tenemos un Estado elitista integrado en sus tres poderes por hombres y mujeres que no conocen el hambre, la enfermedad, la inseguridad. Con salarios estratosféricos, humillantes, indignos, y además, corruptos de pies a cabeza, que han hecho de la sinverguenzada su modus vivendi.
 
Por eso el desprestigio mundial para Peña y sus secuaces. Por eso la condena de la Comisión de Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas para con este gobierno que no fue capaz ni siquiera de prevenir la caída de los precios petroleros a pesar de que se lo advertíamos desde nuestras humildes trincheras. De que afirmábamos que la economía nacional estaba prendida con alfileres, que era inminente una devaluación del peso por la fuga de capitales propiciada y alentada por la Secretaría de Hacienda ante el irrisorio crecimiento económico.
 
Y lo peor no es esto, sino lo que viene porque la pesadilla va en aumento dado que no se observa un cambio de actitud por la estirpe de don Enrique, que a su edad, ya no puede rectificar el rumbo de su vida. Su carrera política ha corrido en medio del lodo y allí seguirá mientras la sociedad se lo permita.

 
Es cierto lo que dice Fox, aquel presidente que como tal incumplió su promesa de combatir la corrupción y meter a la cárcel a todos ellos, sin importar su tamaño porque se amafió con ellos. Peña Nieto esta en jaque. De nosotros depende gritarle >jaque mate< porque ya estamos hartos.