“Aquaplaning” el efecto que la lluvia provoca en los autos y puede resultar fatal

En época de lluvias intensas, es común que automovilistas de todas partes hayan experimentado el fenómeno del “Aquaplaning” a la hora de viajar. A veces también conocido como hidroplaneo, se trata de un efecto físico que impide a las ruedas de los vehículos adherirse a la carretera que transitan, pues una fina capa de lluvia obstruye su funcionamiento. Fenómeno riesgoso que puede ocasionar accidentes.

De acuerdo con diversas aseguradoras y organizaciones dedicadas a la prevención de percances automovilísticos, como la Fundación MAPFRE y otras, existen acciones básicas que los conductores deben llevar a cabo para minimizar el peligro al momento de sufrir “Aquaplaning”.

El fenómeno se debe a dos factores principales, el grosor de la capa de agua formada entre la llanta y el suelo; y la velocidad con la que el vehículo transita. De modo que entre más rápido y a mayor cantidad de lluvia, las posibilidades de perder el control total del volante se multiplican.



Al momento de percibir esta situación, los conductores se dan cuenta a través de una leve sensación de estar flotando, donde el eje delantero no responde a los movimientos del volante. Cuando esto sucede, resulta muy difícil mantener la dirección del auto, terminando en accidentes que pueden ser fatales. Por ello, es fundamental que al sentir el “aquaplaining” inmediatamente se baje la velocidad.

Especialistas aconsejan mantener una moderación suave cuando se conduzca en días lluviosos, con ello se busca evitar enfrenones y cambios bruscos de dirección, lo que ya de principio disminuye los efectos de la lluvia en el camino. Y cuando se experimente “aquaplaning”, lo primordial es guardar la calma y no forzar el volante; es esencial dejar quieto el vehículo y soltar poco a poco el acelerador. Una vez que la velocidad disminuye, el control se logra recuperar.

Si el fenómeno ocurre en una curva el procedimiento es el mismo, pero lo más importante es girar con suavidad el volante con dirección al camino y mantenerlo ahí, sin tratar de acelerar ni girar de más, hasta que el auto recupere el control y de ser posible alcance un camino recto.



Finalmente, refieren que en estos casos nunca se debe frenar, pues si se hace, las llantas quedarán bloqueadas cuando recuperen su agarre con el suelo y se vuelve imposible el control del volante. Para reducir las probabilidades de sufrir “aquaplaning”, se recomienda mantener los neumáticos con la presión y la profundidad señaladas por los modelos de auto. En tiempos de lluvia, los conductores deben extremar precauciones.