“¡No tengan miedo, es la migra, pero córranle!”: indocumentados en Río Blanco

La colonia “Modelo”, sitio donde a diario los centroamericanos bajan del tren para pedir comida y ayuda económica para seguir hacia Estados Unidos, hoy fue escenario de un operativo del Instituto Nacional de Migración (INM)que a diferencia de otros años, no los persiguió ni los violentó, aunque su sola presencia los intimidó.

Este jueves era un día como cualquier otro, a orilla de las vías del ferrocarril y en las calles aledañas a éstas, estaban alrededor de 80 migrantes, todos en espera de poderse subir al tren, en tanto algunos de ellos descansaban en las banquetas y otros pedían ayuda económica a los automovilistas que pasan por ahí.

En cuestión de segundos los extranjeros comenzaron a observar movimiento poco común para ellos; en una esquina se reunía un grupo de personas entre mujeres y hombres con cámaras fotográficas quienes hacían llamadas telefónicas de manera frecuente.

Uno a otro de los migrantes se decían al oído algún mensaje, todo parecía que se ponían en alerta, después de algunos minutos pasados de las 10:00 horas, en una esquina apareció una de las camionetas del Instituto Nacional de Migración y se dejó oír la voz de un indocumentado “¡no tengan miedo, es la migra, pero aquí todos juntos los encaramos”.

En otra esquina, a una distancia de tres cuadras apareció otro vehículo de este Instituto, por lo cual las voces de los extranjeros no esperaron más y alertaron a sus compañeros que no se habían percatado de la llegada de estas camionetas para que huyeran “¡vámonos vienen por nosotros, es la migra, corran!”.

A la par, elementos del INM y de la Policía Federal arribaban a esta zona de las vías; por un lado se observaba el arribo de éstos y por el otro la carrera que pegaban los centroamericanos.

Corrieron velozmente, los más salieron por las calles que comunican con el municipio de Orizaba, un pequeño grupo se escondió entre las calles de esta colonia, pero todos con un objetivo en común “huir de la migra”.

A diferencia de lo que sucedía en otros tiempos, esta vez los policías y uniformados de migración, no corrieron atrás de ellos, sólo se acercaron a los que no pudieron correr y les invitaban a que subieran a las camionetas de migración, prometiéndoles que en la estación migratoria les darían comida y asistencia a sus males físicos, entre ellos golpes propios de su viaje en el tren.

Las lágrimas de los migrantes por temor, dolor de ciertas partes de su cuerpo, no se hacían esperar; pero accedían a subirse a los vehículos oficiales.

“Los presentados”, como ahora se les llama, no fueron más de diez; pero el operativo que era supervisado por el Delegado del INM, Rafael Pretelín, seguiría por tiempo indefinido durante este día.

Este tipo de acciones no son del todo frecuentes en esta colonia, pero se sabe que fue entre otras cosas, a petición del alcalde de Río Blanco, Miguel Martínez, que se efectuó.