90% de incendios forestales en Veracruz tienen origen humano: CONAFOR

La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) advirtió que el 90 por ciento de los incendios forestales registrados en Veracruz tienen origen humano, en su mayoría por quemas agrícolas y ganaderas mal ejecutadas o fuera de norma, lo que sigue siendo la principal causa de estos siniestros.

Durante un evento de reconocimiento a combatientes forestales, el titular de la CONAFOR en el estado, Héctor Mota Velazco, señaló que si bien el número de incendios supera los 150 en lo que va del año, la superficie dañada se ha reducido considerablemente gracias al trabajo coordinado de diversas instituciones. “Pasamos de más de 15 mil hectáreas afectadas el año pasado a poco más de 2 mil 500 este 2025”, destacó Mota Velazco, quien atribuyó la mejora a la capacitación continua, equipamiento adecuado y condiciones climáticas más favorables.

Entre las zonas con mayor incidencia o riesgo se encuentran Maltrata, Las Vigas de Ramírez, Los Tuxtlas, Uxpanapa y Huayacocotla, donde se han reforzado las brigadas con vehículos especializados, trajes ignífugos y herramientas de respuesta rápida. El funcionario también subrayó que, aunque las quemas agrícolas no están prohibidas, deben seguir las disposiciones de la Norma Oficial Mexicana 015, que considera medidas básicas como realizarlas en horarios seguros, notificar a vecinos y establecer líneas cortafuego. No se trata de mala intención, sino de falta de educación y conciencia. Por eso apostamos a la prevención desde las comunidades, afirmó.



Además, Mota Velazco reconoció la participación de instituciones como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Marina (SEMAR), la Guardia Nacional, Protección Civil, la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) y los ayuntamientos, quienes, dijo, han demostrado una capacidad de respuesta cada vez más efectiva. Por último, hizo un llamado a la población rural a ser consciente del impacto de sus acciones en los ecosistemas forestales y a evitar prácticas que puedan poner en riesgo la biodiversidad y la vida de los brigadistas, quienes muchas veces arriesgan su integridad al ser los primeros en responder a los incendios.