Este fin de semana la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) de la Universidad Veracruzana ofreció una noche memorable para el disfrute de todos los públicos.
Fue en la explanada del Xallitic, uno de los barrios fundacionales de la capital veracruzana, donde bajo la batuta de Martin Lebel, director titular de la OSX que recientemente fue elegido para continuar su labor durante los próximos 4 años, donde los músicos regalaron varias piezas clásicas de Europa y algunas obras de gran significado para la cultura de México.
Con la llegada de la segunda tarde, aun bajo el asedio de un sol ardiente que pocas veces es bien recibido en esta ciudad, deceneas de xalapeños fueron dándose cita en la explanada del recinto.
A medida que pasaba el tiempo las deceneas se hicieron cientos, listos y expectantes ante el el escenario montado especialmente para recibir a los músicos.
Se trató de una función gratuita y al aire libre que tuvo como protagonista, además de la OSX, al sitio perfilado como uno de los máximos contendientes para el título de Barrio Mágico, donde casi ningún transeúnte pudo resistirse a la belleza de los sonidos que invitaban a presenciar el concierto.
Ya con la llegada de la noche, cuando los instrumentos hicieron sonar su primer eco, el espacio quedó repleto con
cifras que fácilmente superaba a los miles de asistentes. Fue tal la seducción de la música que no solo el área de los lavaderos se abarrotó de curiosos sino que la parte superior del recinto, a lo largo de todo el puente, también fue punto de encuentro para amantes del arte.
De modo que lo que fuera un fin de semana normal en la rutina xalapeña, ya de por sí llena de arte y cultura, se volvió inolvidable con este concierto llevado a cabo por segundo año consecutivo.
Así y para coronar la noche, la OSX interpretó el icónico Huapango del compositor José Pablo Moncayo, pieza que con sus poderosos sonidos recuerda lo privilegiado de la identidad de México y hace erizar la piel.