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Universidad Anahuac

Sección: Estado de Veracruz

Sursum Corda

Aborto: generador de violencia y muerte con el consentimiento de la ley

Pbro. José Juan Sánchez Jácome 01/08/2021

alcalorpolitico.com

Está siendo muy difícil para la comunidad cristiana recuperarse del duro golpe que asestó el Congreso de Veracruz con la despenalización del aborto, aprovechando las limitaciones materiales y anímicas de nuestro pueblo. Se intenta de muchas maneras continuar la causa por la promoción y defensa de la vida, pero reconocemos el dolor que se nos ha ocasionado.

Para no ser impulsivos ni favorecer una reacción visceral es necesario tocarse el corazón y reconocer todo lo que sentimos. No se trata de negar el dolor y todo lo que estamos sintiendo. Pero al constatar nuestros sentimientos tenemos que llegar a reaccionar como personas de fe, por supuesto reconociendo el dolor que estamos experimentando. En los ambientes de Iglesia estos son los sentimientos que comparten nuestros fieles.

El sentimiento que más aparece es de impotencia y frustración, tomando en cuenta la lucha centenaria que se ha librado en este campo y que se recrudeció en los últimos años. La presión y manifestación de nuestro pueblo, así como el compromiso y liderazgo de distintas asociaciones provida habían detenido ya en otras ocasiones los proyectos abortistas.



Se vive como un sentimiento de derrota que duele en el alma porque los diputados actuaron de manera ventajosa aprovechando el dolor de la gente y la limitación que tiene por la pandemia para movilizarse, manifestarse y protestar. Con toda la intención aprovecharon con alevosía la limitación y la distracción de nuestro pueblo para imponer esta medida.

Resulta una experiencia dolorosa y desgarradora porque si bien se ha devaluado tanto la imagen de los gobernantes, no se esperaba que llegaran a estos extremos, actuando con perfidia y mostrando todo su desprecio a los bebés más indefensos. Por eso, se toma como un abuso de autoridad que pervierte la vocación política y que nos deja todavía más indefensos y desprotegidos ante los que detentan el poder.

Ante esta medida abortiva, en muchos ambientes se está experimentando una especie de duelo. Nos han herido el alma, nos han arrancado algo íntimo y sagrado y eso definitivamente deja un dolor y vacío en el corazón. Hemos perdido algo que no se puede perder porque acelera el proceso de deshumanización de la sociedad. Como en todo duelo, se siente la dificultad para seguir adelante.



Se experimenta también coraje y molestia porque a los diputados no les importa honrar su palabra y respetar los valores del pueblo. Se ha tomado como una burla que viene confirmada por la manera triunfalista como han festejado esta decisión, olvidándose del dolor que le producen al pueblo y celebrándolo como un asalto que entrega buenos resultados a los organismos internacionales a los que ahora sirve el gobierno de México.

La cobarde y artera vandalización de nuestra Catedral metropolitana ha tocado más la herida, por la burla y el desprecio que muestran los grupos que se expresan así. Ni una palabra de apoyo y consideración de la autoridad competente para rechazar estos actos vandálicos, lo cual exhibe más los intereses ideológicos de este gobierno.

No se da crédito al hecho de que Veracruz, que ha sido catalogado como un estado violento, cuyas cifras de asesinatos, secuestros, feminicidios e inseguridad han vendido aumentando dramáticamente, ahora ratifique esta situación violenta con el asesinato de los bebés, aprobado por nuestras leyes. Hay frentes que generen violencia al margen de la ley y ahora se abre este frente que genera violencia con el consentimiento de la ley.



Se experimenta una especie de sentimiento de orfandad, como si nos hubiéramos quedado solos y sin protección, expuestos a los abusos y caprichos de los grupos y autoridades que dejan de servir al pueblo para echarse a los pies de la ideología. Las instituciones que han sido creadas para garantizar el cuidado y el servicio del pueblo ahora han sido corrompidas y alineadas para servir a las causas ideológicas. Se reconoce, por tanto, que en esta lucha no contamos con el apoyo de las autoridades.

Sobre la base de estos sentimientos que ha dejado la despenalización del aborto en Veracruz es necesario comenzar a reaccionar y lograr una respuesta coordinada para que sigamos favoreciendo lo que en nuestra estructura pastoral ya se viene haciendo por la construcción de la cultura de la vida y el fortalecimiento de la familia, y además comprometernos en otras tareas fundamentales ante el desafío que se nos viene.

Como era de esperarse, de manera espontánea nuestros fieles han canalizado su dolor, tristeza y frustración acudiendo al sagrario y elevando sus plegarias al Señor. Nuestros fieles han venido organizando campañas de oración y se mantienen comprometidos pidiendo al Señor su luz y fortaleza.



Este es precisamente nuestro punto de partida, la oración y el encuentro íntimo con el Señor a través de los sacramentos, para comenzar a recuperarnos y reaccionar de manera firme y profética. Necesitamos presentar al Señor nuestros sentimientos y ponernos en sus manos para que vayamos visualizando la respuesta evangélica ante tal desafío.

Compartimos la convicción del dominico Fray César Valero, para retomar nuestra lucha y no dejar de seguir sembrando pues: “Las raíces, las esencias, están ahí.Dos mil años de fe y de martirio no son fáciles de suprimir. Ni siquiera por decreto de ley.

Y en cualquier lugar y momento rebrotan con vigor. Por esto es tan importante seguir sembrando, aunque no pocas veces la sensación sea que lo hacemos sobre asfalto. Cada palabra es una semilla, y si la semilla lleva gérmenes de Dios no se perderá jamás; quizás no lo vean nuestros ojos, pero su fruto llegará”.