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Sección: V?a Correo Electr?nico

Ahora no hay autoridad para abrir antros; cada quien puede ponerlo en su casa

En el centro de Xalapa proliferan porque cada quien encuentra el camino “adecuado” para hacerlo

05/05/2012

alcalorpolitico.com

Señor Director:


Se siguen abriendo antros de modo irregular en el centro de Xalapa.

El día viernes 4 de mayo se inauguró en el callejón de Jesús te Ampare el Café de Nadie, un servicio de pago más de los que ofrece la Casa de Nadie. En este espacio habilitado en el patio de la Casa de Nadie, las personas que acudan podrán tomar café, cerveza y refrescos y botanear. No fue difícil no darse por enterado, pues se hizo todo un concierto de inauguración con bocinas que se pudo sentir en todas las calles aledañas.

No tendría el asunto mayor transcendencia de no ser el colofón hasta el momento de toda una política municipal de permisividad y connivencia en la apertura de antros y negocios en el centro histórico de la ciudad de Xalapa. Se abren negocios sin los debidos permisos ni firmas de los vecinos que autorizan dicha apertura y se acaban haciendo actividades en lugares que no reúnen las condiciones para la debida realización de las mismas. Incluso se altera el uso residencial de las viviendas y la estructura de edificios históricos sin la debida autorización.

En el fondo el asunto de siempre. Ciertas personas por el simple hecho de realizar sus caprichos, siguiendo el camino “adecuado” y ayudándose de sus amistades, no tienen que (o sienten que no tienen por qué) rendir cuentas a nadie, ni pagar impuestos ni pagar licencias ni respetar horarios. Sienten que las leyes no son para ellos, que sus vecinos no valen nada y que las autoridades o no se enteran o no se van a complicar la existencia. Si además se pone el acento en que lo que se trata es de una iniciativa de evolución ética, de regeneración cultural, de servicio a la comunidad nadie se va a dar cuenta de los chanchullos, doble moral y altruismo lucrativo de un grupo que se siente por encima de aquellos que les cuesta conseguir un crédito, reunir los permisos y firmas de sus vecinos y presentar en su debido periodo sus impuestos.

Es llamativo lo fácil que está resultando en Xalapa ser un empresario “emprendedor”. Digo fácil por no decir escandaloso, pues al final la sociedad civil debe arreglar con todo su empeño aquello que se suponía que las leyes, reglamentos y normas tenían previsto evitar: la imposición de los deseos de unos pocos privilegiados sobre las necesidades de aquellos que acaban pagando los efectos de su codicia, su ego y su insensibilidad con sus prójimos y semejantes.

Vecino del barrio de San José.