El articulista Julio Poisot de María recordó este día un episodio que suele pasar inadvertido en la memoria colectiva, pero que conserva un peso particular en la relación entre Tuxpan y la historia de la Revolución Cubana: el aniversario de la última visita de Fidel Castro a Santiago de la Peña.
El hecho ocurrió el 4 de diciembre de 1988, cuando el dirigente cubano, aún en funciones tras asumir el poder en 1959, arribó al puerto de Veracruz acompañado por el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, y el gobernador del Estado, Dante Delgado Rannauro.
Desde ese punto emprendieron un recorrido hacia la zona norte de la entidad para visitar el sitio donde Castro había permanecido décadas atrás, antes de iniciar la expedición armada que cambiaría la historia de Cuba. Durante aquella visita, Castro rememoró la adquisición de la casa que hoy alberga el Museo “México-Cuba”, en la comunidad ribereña Santiago de la Peña. El inmueble, convertido en espacio de referencia histórica, fue el punto de partida de la expedición del yate “Granma” el 25 de noviembre de 1956.
En esa embarcación viajaban 82 expedicionarios, entre ellos Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos, quienes desembarcaron en Cuba el 2 de diciembre del mismo año para iniciar la Revolución Cubana contra el régimen de Fulgencio Batista.
Poisot de María subrayó que, con el paso del tiempo, la figura de Castro continúa generando debate. Mientras algunos sectores cuestionan su permanencia de casi 5 décadas en el poder, otros interpretan ese periodo como parte del curso histórico de la revolución que encabezó. Entre los recuerdos que dejó aquella visita se encuentra también la anécdota de una gorra que Castro ofreció a una asistente y que hizo llegar posteriormente. Ese gesto permanece como una de las memorias más comentadas por quienes presenciaron el acto.