Biólogos xalapeños crían y venden ajolotes; sirven para injertos en humanos

En Xalapa, en una colonia de la periferia, existe un criadero de ajolotes, usados en medicina para hacer injertos en los seres humanos y es que contiene una proteína muy similar a la del ser humano con una probada eficacia del 97 por ciento de éxito, toda vez que la encima evita el rechazo; en Alemania lo usan para hacer jarabes que alivian los males de vías respiratorias.

Lamentablemente en nuestro país hace falta reconocer la importancia biológica, económica, histórica, su valor gastronómico y su muy relevante uso medicinal de este anfibio, lamentó la bióloga responsable de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) Axolotl de Xalapa, Teresa Reyes.

Hace algunos años científicos lograron la modificación genéticamente del ajolote con la esperanza de que su capacidad para regenerar partes de su cuerpo ayude algún día a personas con amputaciones.

Incluso el Departamento de Defensa de Estados Unidos donó 6.5 millones de dólares a científicos que estudian a esta extraña criatura, con la intención de que ayuden en el futuro a los más de mil soldados que perdieron alguna extremidad en las guerras de Irak y Afganistán.

En un recorrido por la UMA, que contiene anfibios de diversos tamaños en botes de plástico y unas pequeñas peceras, explicó que también las células de estos anfibios regeneran el epitelio de las vías respiratorias.

Resaltó que este animal era el alimento que consumían los emperadores, posteriormente, en 1863 se lo llevaron los franceses.

Destacó que este anfibio para la ciencia es algo inigualable, pues un embrión de alrededor de 7 milímetros ya tiene su desarrollo embrionario completo, por lo que se trata de un animal que llega a estado adulto en 7 meses, es decir, es altamente prolífico.

Explicó que su situación en México está en categoría de riesgo, ya que en 2005 en el lago de Xochimilco -que es su hábitat endémico-, se reportaron 5 mil ejemplares, mientras que para el 2007 se reportaron sólo 500. Su estatus cambió a peligro de extinción.

Para el uso médico y la aplicación de injertos, Teresa Reyes, detalló queni siquiera se requiere matar al animal, pues sólo se toma un trozo del lomo. Además se pueden producir todos los jarabes de origen alemán que se conocen en el mercado para el alivio de las vías respiratorias.

En embriología se pude trabajar con el animal para determinar la movilidad genética, pues se puede probar casi al 100 por ciento la Ley de Mendel y que explica que al poner un caballo negro y uno blanco se divide en cuartos y el ajolote mexicano permite probarlo de forma clara.

Como toda especie en peligro de extinción -aseveró- existe la caza furtiva para usarlo como alimento, por lo que su tráfico es interno y no precisamente hacia el extranjero.

Subrayó que la UMA a su cargo ha cumplido con todos los requisitos de la SEMARNAT y ha demostrado que los pude explotar y esto les da la posibilidad para comercializarlo.

Este animal reconoce y se adapta a su cuidador, incluso puede ser acariciado y permanecer unos minutos fuera del agua, aunque no quiso dar a conocer su costo, pero refirió que en el mercado negro pueden llegar a costar 70 pesos, mientras que ellos lo pueden comercializar tres o cuatro veces más caros.

Mencionó que tiene muchos nombres, aunque el nombre correcto es axolotl, nombre que le daban los aztecas.

Hay que recordar también que en el Valle de México científicos de la UNAM desarrollaron una estrategia de instalación de refugios naturales en algunas zonas de los canales de Xochimilco, aunque al parecer en Xalapa, hay una esperanza más para lograr su reproducción.