Bullying, acoso escolar y consumo de drogas, trasfondo de violencia en Veracruz

Coatzacoalcos, Veracruz, Xalapa y Poza Rica son los cuatro municipios de la entidad veracruzana que tienen los más altos índices de violencia y delincuencia juvenil.

La presencia de ese fenómeno es consecuencia del bullying y acoso escolar y el consumo de drogas para buscar “estatus social”, lo que hace proclive a que sean captados por grupos delincuenciales.

Por ello, Ignacio Castillo, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, realiza una estadía sabática en el Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana, para elaborar un proyecto de intervención que permita atender el problema.



Manifestó que se realiza un diagnóstico social con aplicación de encuestas, cuestionarios, entrevistas a jóvenes, profesores, servidores públicos y representantes de agrupaciones civiles para entender la problemática y las necesidades de los jóvenes en situación de violencia y delincuencia en esos cuatro municipios.

“Después de que se construyan los diagnósticos, será la generación de un proyecto de intervención. Se busca que el proyecto tenga un impacto social en la realidad, la idea es generar redes juveniles enfocadas a la parte de la protección y prevención”.

El levantamiento de los datos se realiza en escuelas Secundarias y de Bachillerato de colonias populares que están en situaciones de vulnerabilidad, marginadas y en situación de violencia y delincuencia.



Señaló que en esta primera fase ya se aplicaron las encuestas en Poza Rica y Xalapa, ahora se está en la etapa de la transcripción y la captura de la información.

Dijo que ya se hizo la captura de los datos obtenidos en Xalapa, pero no quiso hablar sobre los patrones de comportamiento de los jóvenes, hasta que esté totalmente capturada la información de los cuatro municipios.

Aunque adelantó que algunos datos recurrente en las escuelas, es el acoso escolar y el bullying.

“Hay focos rojos o huecos en el sistema educativo, es decir, todavía no hay mecanismos para poder regularlo, incluso, las propias escuelas no han regulado mecanismos de ese tipo. Los golpes entre compañeros, los apodos y las burlas todavía están presentes, el acoso entre compañeros es algo recurrente, tanto hombres como mujeres, los jóvenes expresan eso”.

También es recurrente el consumo de inhalantes y drogas, que da a los jóvenes “un estatus social” entre sus compañeros, lo que compensa los efectos de la desintegración familiar, por lo que hace que los jóvenes sean carne de cañón para los grupos delincuenciales.