Por más vueltas que se le dé al asesinato del presidente de Uruapan, Carlos Manzo, todo indica que su
ejecución va más allá del ejecutivo en turno y de su tendencia ideológica. Fue decisión de un grupo de
élite, llamado “nomenclatura” por Carlos Salinas cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio (Lomas
Taurinas, 1994). Debido a que lo forman personas (políticos, empresarios y militares) que operan
permanentemente dentro de las estructuras del poder, ningún presidente los desconoce. Su influencia
traspasa sexenios y regímenes; la misma 4T los tiene adentro. Eso indican las premiaciones, exoneraciones
y homenajes rendidos a sujetos identificados con aquella mafia. Eso hizo recientemente con Rubén
Figueroa Alcocer estando presente su hijo morenista involucrado en lo de Ayotzinapa. Personajes como
Manlio Fabio Beltrones, Alfonso Durazo, Manuel Bartlett, Fidel Herrera, Alfredo del Mazo, Carlos Hank
Gonzáles, ajustan en el tipo, también por ser leales a su cofradía que les ordena cuándo debe ser
suprimido quien estorbe a sus intereses.
Colosio y Manzo, al proyectarse como políticos independientes, no dispuestos a sostener los negocios
sucios de los corruptos, tuvieron que ser eliminados. El michoacano ya era considerado un fuerte
competidor a la gubernatura de Michoacán y presidencia de México; las últimas encuestas le daban 49%
de las preferencias electorales mientras otros aspirantes apenas alcanzaron el 12%. Seguramente, la
cofradía pensó que si como alcalde desnudaba las alianzas criminales del estado con los narcotraficantes,
nadie estaría a salvo siendo gobernador. Desde luego, acordar su asesinato debió requerir acudir al
manual y negociar con los padrinos de los partidos, candidaturas y puestos en juego en las próximas
elecciones, condecorar a Peña Nieto y Felipe Calderón y exonerar oficialmente a Salinas del caso Colosio. A
Manzo y Colosio los suprimieron por no aceptar las peores taras del sistema.
Las investigaciones
Hay sorprendentes similitudes en los magnicidios de Colosio y Manzo: irregularidades, omisiones, transgresión de protocolos y contradicciones aparecen desde el día de su ejecución. Por ejemplo, los encargados de investigar (Miguel Montes y Harfuch, respectivamente) los homicidios se enfocan en desvincular al estado y la federación del asesinato. Harfuch omite en su primer reporte mencionar la ejecución del asesino y la alteración de la escena del crimen estando entes federales presentes. El sicario fue ejecutado por agentes aún después de haberlo sometido, y su cuerpo fue movido y descamisado. Lo mismo pasó en Tijuana: en la tarde del 23 de marzo apareció ejecutado Ernesto Rubio en el taller mecánico “Servicio Azteca” un sujeto muy parecido a Mario Aburto ligado al agente federal Raúl Loza que lo interrogó, y otros agentes se encargaron de “limpiar” el sitio del
magnicidio. El agente, Jorge Antonio Sánchez, segundo tirador, igualmente parecido a Aburto fue dejado en
libertad por órdenes del director de operaciones del CISEN, Genaro García Luna (GGL). En los dos sucesos
excluyeron a los militares de la ecuación, desconectaron las cámaras, retiraron escoltas federales, destruyeron
evidencias y evadieron testimonios. Por ello resulta sumamente significativo que Beltrones, AMLO (cenó con
Colosio el 21 de marzo) Durazo, Harfuch (discípulo de Genaro) y Salinas formen parte de ambas historias negras.
Harfuch presidente
Cabe esperar que el aprendiz de GGL esté cumpliendo órdenes superiores igual que lo hizo en Tijuana el
procurador Miguel Montes, pues en sólo horas, los dos concluyeron que el estado no está involucrado.
Sin embargo, los hechos de que el homicida material llevara “identificación”, se difuminaran y
seccionaran videos y se retiraran escoltas, evidencian lo contrario. En la autoexculpación, Harfuch y el
secretario de defensa, Ricardo Trevilla parecieran cumplir con un guion; el primeo dijo que no estuvo a
cargo de la seguridad de Manzo y el segundo, que sus elementos no fallaron al cuidarlo. Dependiendo de
lo exitoso que Harfuch resulte en el encubrimiento será su reposicionamiento como sucesor, o sustituto
de Claudia Sheinbaum. O al menos eso le prometerían quienes lo han mantenido en los círculos de
espionaje recibiendo capacitación de agencias yanquis e israelitas.
El gobernador
Será complicado excluir a los señalados por Manzo como socios del crimen organizado: Leonel Godoy
(exgobernador) y Alfredo Ramírez Bedolla. A este último lo acusó (2023) de querer desaparecerlo. El
hecho de vincular al general José Alfredo Ortega con Bedolla diciéndole que era una vergüenza para el
ejército prueba que el gobernador no tomó la decisión solo. Manzo también molestó a los inversionistas
cuando advirtió que no permitiría el negocio de pasar el cablebús por Uruapan. En suma, Manzo era una
amenaza a los negocios de los poderosos. Es posible que de incrementarse las protestas por su asesinato,
la cofradía intente convencer a Bedolla de ser un chivo expiatorio ofreciéndole garantías de una futura
exoneración y no tocar sus riquezas ni a su familia. Matarlo no es opción ahora, antes deben asegurarse
destruir material probatorio que posee de esa operación “limpieza”. Aún siendo falso el audio donde se
escucha al gobernador ordenando no tocar a Manzo hasta que salga del evento y pedir se retire su gente
para no verla “involucrada cuando suceda”, la federación debiera investigarlo, no encargarle la
investigación a su fiscalía. ¡Absurdo! pues eso significa pedirle al sospechoso se investigue a sí mismo. De
ese modo, al gobernador le será sencillo destruir pruebas y evidencias de culpabilidad.
Sheinbaum, su Plan y la caja china
Mientras las presidenta se ocupa en administrar el conflicto, evitar derrumbes electorales y mantener
equilibradas las variables macroeconómicas, una parte de la derecha le respalda en su compromiso de
cumplir la agenda 2030 y el Plan Puebla-Panamá (Mesoamérica) lleno de megaproyectos que le obligan a
endurecer el control militar de la protesta e inconformidad crecientes. La otra busca someterla imponerle
pactos con criminales como lo hicieron con Salinas. Este priista fortaleció, eliminó inconformes, pactó con
el PAN la presidencia (2000) y privatizó todo lo que le pidieron los gringos para legitimarse. En cambio,
ella legitimada por el voto, debiera deshacerse de quienes roban a manos llenas y usan al partido como
empresa comercializadora de puestos y herencia familiar. Podría empezar con los esbirros de Salinas
incrustados en su gabinete por AMLO ¿Será esa la intención de reabrir el expediente Colosio
reaprendiendo al segundo tirador Jorge Antonio Sánchez Ortega?
Respecto al Plan Paricutín, este pareciera no ir al fondo. Eso indica el manoseo de las tetas de la
presidenta que, sea o no un montaje para generar una noticia que despierte más morbo o interés que la
de Uruapan (caja china), no sacará del colapso la justicia y seguridad de Michoacán. Podrá mejorar el
desarrollo económico pero si no hay acciones concretas contra la hidra de la corrupción, nada resolverá
de fondo. Es más, la promesa de cero impunidad rebela un discurso electorero destinado a paliar la crisis
del asesinato de quien fue ignorado en sus llamados de auxilio. ¿Por qué no se disculpó por esa omisión?
Grecia Quiroz
En la reunión de la viuda de Manzo con la presidenta, Harfuch y otros personajes le ofrecieron cosas y
sacarse la foto. La dolida mujer rechazó ambas, expresándoles que no había asistido a doblar las manos ni
a pactar con nadie sino a exigir justicia y que terminen con la extorsión. Pasando esa reunión, cuenta
Grecia, recibió mensajes amenazantes, posiblemente de aquellos que no la quieren de alcaldesa ni
liderando el “movimiento del sombrero”. Su respuesta fue: no me van a callar: voy a seguir sus pasos
(Manzo) y su legado, terminó diciendo.
Mantener la esperanza
No todo el que protesta lo hace pagado o por órdenes de alguien. Hay millones de ciudadanos agraviados
por la inseguridad, el abuso del poder y la aplicación mercenaria de la ley, que siguen creyendo en su
potencial para desterrar la corrupción e impunidad institucionalizadas. Los agravios crecientes convocan a
luchar organizada y pacíficamente contra la impunidad de los poderosos: Al lado sensato del estado (si lo
hay) debiera exigírsele evitar más muertes por motivos políticos antes de que los esbirros de la
nomenclatura generen una guerra fratricida.