Durante seis años y a pesar de la pandemia provocada por el Coronavirus, la Casa de la Misericordia ha seguido dando servicio a los más pobres y necesitados no sólo de Orizaba, sino de otros municipios de la región y que pertenecen a la Diócesis de la zona.
Esta casa ha cumplido más de un lustro. Durante su tiempo de trabajo ha sido dirigida por los sacerdotes Marcos Palacios Cárdenas —quien fue el impulsor de este proyecto— y desde hace un tiempo por el padre Román Elías Oficial Gil, buscando el bien del prójimo.
Con una misa y después una comida para 240 personas, quienes a diario acuden por sus alimentos a esta casa, se festejaron estos años de labor humanitaria.
Esta vez no los recibieron en la puerta de la Casa de la Misericordia, sino que se colocaron mesas en el atrio de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, aledaña a este sitio de ayuda y ahí degustaron sus alimentos.
Aunque en este lugar se brindan diversos servicios como: médico, psicológico, legal, tanatológico, entre otros, el fuerte es el otorgamiento de comida de lunes a sábado.
Este año se incrementó el número de porciones de comida que se otorgan, pues era menor antes de la pandemia. Y es que una de las consecuencias del Coronavirus es el grave impacto económico a las familias, quienes a veces no tienen dinero siquiera para comer.