La posibilidad de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rechace la instalación de un Sam’s Club en la antigua fábrica textil de Río Blanco ha desatado críticas entre ciudadanos, quienes aseguran que el instituto nunca intervino cuando, en años anteriores, se realizaron modificaciones sin problema alguno.
Habitantes del municipio, como el señor Enrique Rojas, recordaron que cuando Plácido Mata remodeló la icónica torre y convirtió el patio en un lago artificial dentro de las instalaciones, no se supo que hubiera acciones para evitar los cambios.
"¿Y cómo en su momento el INAH no se molestó cuando el loco de Mata hizo desmadre y medio en ella, valiéndole madre la reja histórica?”, cuestionó otra vecina.
Aunque algunos consideran válida la protección del inmueble debido a su valor histórico, apuntaron que si Sam’s o alguna otra empresa, como Costco, se instalara en los amplios bodegones, no alteraría significativamente la estructura original.
Su argumento central es que dicha intervención sería menos invasiva que las transformaciones que ya existen desde hace décadas.
“Si el INAH le preocupa el buen estado de los edificios históricos, ¿por qué ellos mismos no dan el mantenimiento?”, se preguntan los habitantes.
Denunciaron que en las áreas adyacentes hay estructuras metálicas oxidadas, casonas que fueron demolidas sin intervención y hoy son terrenos baldíos donde antes habitaban trabajadores.
Los vecinos solicitaron al INAH que, en lugar de prohibir, actúe y repare el patrimonio: que firme convenios con propietarios para restaurar techos, rejas, galerías y los “bodegones” deteriorados.
“Deberían tener presupuestos para restaurar edificios históricos”, criticaron. Para los ciudadanos, permitir la llegada de una tienda como Sam’s, siempre que se respeten las estructuras principales, representa una oportunidad para rescatar áreas olvidadas, generar inversión y reactivar el espacio sin traicionar su valor histórico.