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Columnas y artículos de opinión
Pozos Castro debe de mostrar la camiseta
Luciano Blanco González
10 de mayo de 2019
alcalorpolitico.com
Acá en el norte todos los productores agrícolas y ganaderos se encuentran mirando al cielo para ver cómo están las nubes, esperando que llueva, mientras se truenan los dedos y aguzan el oído para oír si canta el guaco anunciando lluvias, pero ni siquiera arrieras u hormigas reúnen y cargan hojitas barruntando el agua. La radio y la televisión solo pronostican que esta situación se prolongará hasta junio, pero tenemos fe, no llovió en abril y eso quiere decir para ellos, que los aguaceros vendrán en mayo conforme a los ciclos antiguos.
 
La severa sequía que nos asola y el agobiante calor nos mantiene entretenidos y ajenos a la alarmante violencia que viven allá en el centro y en el sur, leemos los periódicos, oímos las noticias, y ¡ah caray!, allá creo que están en guerra, por el enorme número de asesinatos, secuestros, robos, feminicidios, asaltos, una pavorosa inseguridad colectiva que se desarrolla supuestamente entre grupos que se disputan las plazas del narco, quizás en aquélla región sean muchos los drogadictos que compran y consumen drogas, porque para que se estén peleando por eso, quiere decir que deben de ser miles de toxicómanos deseosos de aprovisionarse y deben de tener mucho dinero para ello.
 
Y como no, si sus vecinos, amigos y conocidos dan cuenta de encajuelados, descuartizados, desaparecidos, levantados, de amigos a quienes les vaciaron su casa, del conocido que asesinaron por resistirse a un asalto, de negocios quemados por negarse a pagar el piso, de la jovencita que secuestraron y luego apareció muerta, crímenes masivos, en fin, actos monstruosos e inenarrables.
 

¿Y la autoridad? Acaso esos pueblos no tienen gobierno o son pueblos sin ley, o el gobierno ineficiente e incapaz cree que esto ya es normal, dan la impresión de que los funcionarios viven para cobrar, indiferentes e indolentes ante tanta desgracia que sufre la gente desvalida e inerme, que solo confía en Dios y en la suerte para sobrevivir en esta lamentable adversidad.
 
Pero no todo Veracruz vive ese desagradable e indeseado ambiente, acá gracias a la Marina, el Ejército, la Policía Federal y Seguridad Pública, la huasteca se mantiene tranquila en comparación con aquel sector que debe de vivir una profunda y preocupante descomposición social, parece que todos vivieran unos asaltando y otros temiendo ser asaltados, todos viviendo con un nudo en la garganta, nerviosos y alertas por la posibilidad de ser secuestrados por bandas de malhechores que los hay por todas partes, alterados cuando suena el teléfono esperando voces torvas y groseras exigiendo pagos a cambio de seguridad.
 
Acá la gente es limpia y pacífica mientras no la torean, y cuando tiene que pelear o defenderse es de lo más aguerrido, todos son de buenas costumbres y sin vicios de aquella naturaleza, su pueblo es respetuoso y sus jóvenes, aún cuando la pobreza y la necesidad agobia en algunos casos, no se dedica a actividades ilícitas, los vemos esforzándose por estudiar, por ir a la universidad y los que no lo logran en el campo se integran a la mal pagada peonada, a la vaquereada, a trabajar por salarios de hambre pero con el gusto de ganarse la vida dignamente.
 

Todos son muy amistosos, con la diferencia de que son muy delicados para escoger a sus amistades, amores y compañías, lo que los preserva de contagiarse socialmente con personas de mala conducta, el huasteco prefiere andar solo que mal acompañado, y es muy celoso para cuidar a su comunidad de posibles peligros que pudieran asecharla, cuida su tierra, cuida a sus amigos, protege a su familia y cualquiera que rompe los limites es excluido del entorno.
 
Quizás por ello siempre se le ve sonriente y amigable viviendo en paz consigo mismo y con la comunidad, ajeno y contrario a vicios extremos o a envidias, siendo admirable la forma en que se cuidan y se protegen mutuamente de cualquier agresión, la única condición es andar bien, cualquier extraño que llega a sus territorios desde que da el primer paso ya está siendo investigado y de boca a boca se van comunicando los detalles de identificación, a quién viene a ver, qué quiere, qué vende, a qué se dedica, qué intenciones trae y con esa actitud han evitado que en sus colonias y comunidades aniden bandas o individuos de mala catadura.
 
Por eso saben quién es quien, en los mínimos detalles, saben quién toma, de qué religión o partido son, si cooperan o no, si son pacíficos o rijosos, saben inclusive sus relaciones fuera de la comunidad y la clase de personas que frecuentan, esto los ha preservado de las malas influencias que generalmente llevan los visitantes y conservar la armonía, con una característica muy especial que se significa por el respeto a la autoridad con quien se esmeran por colaborar.
 

En el Estado de Veracruz, particularmente en Xalapa, además del infierno de la violencia se vive un show mediático entre las autoridades que da la impresión que es una competencia por ver quién es más incapaz, dilema que resuelve la sociedad, el responsable en este caso es el que manda a nivel nacional y ese es uno: el Presidente de la República, a quien formalmente por el respeto a la división de poderes no le compete, no le puede dar órdenes al Gobernador, ni por memorándum o verbalmente, pero indudablemente es el jefe máximo de dirigentes y funcionarios de su partido en el poder.
 
Pero indudablemente él está inmiscuido en el escándalo público de la remoción del Fiscal General del Estado, licenciado Jorge Winckler, de quien ha dicho que es un funcionario incómodo que el ex Gobernador no debió de haber dejado ahí. Mientras el Procurador se aferra al puesto y por más que le sacuden el árbol no se cae, resiste la embestida de toda la fuerza del Estado, amparado en la ley y en los tribunales federales y no sólo por obsesión o capricho sino aparentemente en defensa de su honor y decoro profesional.
 
Pero más allá de esa vanidad ahora superflua, el Fiscal General es un estorbo, no para la impartición de la justicia si se pusiera a trabajar con dedicación y con esmero, entregándole al gobierno local y a la sociedad resultados incuestionables, pero el malestar social y oficial con el Procurador es que éste no investiga ni consigna ningún hecho o denuncia referente a la administración de los gobiernos que presidieron Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, a quienes parece proteger el Fiscal General y el Fiscal Especial para el Combate a la Corrupción, Marcos Even Torres Zamudio.
 

Es muy comprensible la demanda del Gobernador del Estado, ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, en desear la presencia de un Fiscal discreto y fiable, porque el punto toral de su doctrina política es el de combatir la corrupción a todos los niveles, y que esto no puede ser posible si no cuenta con el material humano necesario que lo apoye y que lleve hasta las últimas consecuencias los casos que se le presenten, sin ello, cualquier intento simplemente sería una idea de buena voluntad, cuyos resultados le llenarían de grima por la impotencia, si tuviera conocimiento que funcionarios de cualquiera de los 212 ayuntamientos estuvieran saqueando las arcas y robando descaradamente de una manera abusiva, y él, impotente tolerarlo por temor a que los infractores reciban el albazo o la protección del Fiscal, o que el mismo Fiscal se coludiera con ellos formando la cadena de corrupción que todo lo esconde.
 
Debemos de entender que la preocupación del Gobernador, no es otra sino la de terminar con la maligna impunidad que se puede dar inclusive en su propio gobierno, el toro pasado poco importa a la sociedad, pero si interesa que se extirpe el mortal cáncer de la corrupción para que no siga enfermando las instituciones veracruzanas y de plano con el actual Fiscal esto va a ser imposible. El Gobernador se puede hacer tonto y en aras de la unidad y de la gobernabilidad simular ante Veracruz que está trabajando mano a mano con el Fiscal y así evitar el escándalo público, solo que tendría que atenerse al juicio popular y de la historia figurando como complaciente cómplice en la podredumbre que pudiera presentarse.
 
Destituirlo, ya solo es cosa de que quiera el Gobernador, quien con su paciencia y tolerancia está dando signos de debilidad, causas y motivos hay suficientes, ahí están en la Legislatura, José Manuel Pozos Castro, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Local, tiene la palabra si realmente trae la camiseta puesta, los expedientes de Juicio Político están listos con suficientes argumentos y pruebas y se siente que la mayoría calificada de los diputados están solo esperando que les den luz verde para accionar la guillotina contra el estorboso Fiscal.
 

Finalmente en todo lo demás, el gobierno veracruzano anda bien en gobernabilidad, y aquí en el norte ya se comienza a sentir la cuarta transformación en la reparación de las carreteras en lo que ya se trabaja en varios flancos, mediante un sistema de bacheo intenso, que ya nos permite recorrerlas más cómodamente, la presencia de todas las fuerzas de seguridad y su trabajo es visible en la mayoría de municipios, la autopista Naranjos-Ozuluama avanza y los programas de bienestar se desarrollan sin contratiempo, el jefe de las instituciones está cumpliendo y para los pendientes tenemos aún un largo periodo para que se realice.- Por el bien de la causa.
 
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