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Columnas y artículos de opinión
Por encima la visita muy bien, en el fondo quién sabe
Luciano Blanco González
10 de julio de 2020
alcalorpolitico.com
A las luces de los grandes medios de comunicación mexicanos que formaron parte del lustroso séquito fifi del Presidente a Washington, compuesto entre otros por Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas.- Tv Azteca) Bernardo Gómez (Televisa) la visita al Presidente Trump fue un éxito cuyos buenos resultados se reflejaran pronto en la economía nacional.
 
Estamos de acuerdo en que fue temporalmente un gran éxito diplomático para el país y más vale, por el bien del Presidente y por el bien de nosotros, que ese apoyo incondicional y firme que le dio a Trump se concretice en un buen triunfo electoral contundente, que le permita gobernar otros 4 años y si no, que diosito nos agarre confesados para resistir la furia de los demócratas que cobrarán justa venganza por esto que ellos consideran un grave agravio político.
 
Pero todo lo que se afirma y se nos enseña no es más que una muestra superficial, el fondo es lo verdaderamente valioso y ese se determinó en la entrevista privada que ambos mandatarios sostuvieron y en la que debe de haber habido celebraciones, reclamos, amenazas y solicitudes, pero también deben de haberse tratado asuntos delicadísimos.
 

En esas entrevistas breves se marcan directrices de lo que ambos desean, por ejemplo, Trump debe de haber dicho, “estamos muy preocupados por la política mexicana en materia de narcotráfico, por la protección que se está brindando a los cárteles de la droga, para nosotros este es un problema de seguridad, necesitamos su colaboración y en lo personal estoy presionado para tomar medidas extremas, platique usted con el jefe del Departamento de Estado”.
 
El Presidente mexicano debe de haberse retorcido y afirmar que nosotros hacemos nuestro mejor esfuerzo y que estamos combatiendo el problema desde sus raíces, creando fuentes de empleo y que se esperan resultados a corto plazo y, atendiendo su recomendación, instruirá al secretario del ramo para que se pongan de acuerdo sobre lo que hay que hacer, mientras como niño de escuela apunta ex profeso.
 
También de entrada puede haberle dicho el Presidente Trump a López Obrador, “nuestros empresarios están interesados en invertir en su país y también los hay interesados en retirarse de México, por el trato que se les está dando y mi gobierno está en la posición de exigir el cumplimiento de todos los contratos y de todas las clausulas del Tratado que exitosamente acaba de entrar en vigor”.
 

“Puede usted decirle.- debió de haber respondido el Presidente López Obrador.- a los empresarios de su país que mi gobierno garantizará el cumplimiento de todos los contratos y acuerdos así como que les daremos todas las facilidades para que puedan trabajar con confianza”
 
El otro era el problema de la migración centroamericana que pasó a segundo término, ya no hay las grandes caravanas que otrora veíamos transitar en nuestro territorio con rumbo a los Estados Unidos, inclusive la frontera norte en estos momentos se encuentra relajada y quienes quedan aún se encuentran hacinados en la frontera débiles y sometidos, respecto a los millones de mexicanos que residen allá, aun cuando continúan siendo discriminados y agredidos, ellos están dispuestos a enfrentar y a vivir en las condiciones que sea en busca de mejorar su estatus que, por complicado que sea, es mejor que el de aquí en donde escasea el trabajo y las oportunidades.
 
Pero albricias, ya tenemos un gran resultado del diálogo privado respecto de los migrantes, AMLO debió de haber sido tan terso y tan conmovedor al plantear los problemas de los migrantes residentes, que ayer jueves el Presidente Trump, firmó una orden ejecutiva para crear una Comisión de Asesoría que se encargará de mejorar el acceso de los hispanos a mayores y mejores oportunidades económicas y educativas. !Bien por el Presidente López Obrador!. Este es un gran paso para la estancia y tranquilidad de nuestros paisanos.
 

La diplomacia de nuestro Presidente y de Donald Trump con sus reiterados juramentos de amistad a pesar de las ofensas y de las amenazas que mutuamente se hicieron, ninguno dijo lo que realmente estaban pensando, escondiendo sus verdades en una burda zalamería con tal de dar la publica impresión de una cariñosa relación verdadera.
 
Ambos hicieron gala a aquella máxima de que el amor y la política son dos pasiones muy parecidas, cuando se viven y se disfrutan son tan dulces y tan amargos, que para degustarlos, ese principio personal llamado escrúpulo o ese sentimiento llamado dignidad se refunden en la sorda inconsciencia similar a la locura.
 
Pero de aquella reunión privada pronto tendremos noticia de los acuerdos secretos, veremos llegar decenas de inspectores de trabajo, que vendrán a cerciorarse del cumplimiento de lo pactado, a atender cualquier queja laboral de los trabajadores en cuanto a salarios, Seguridad social, duración de las jornadas de trabajo y todo lo que les pueda interesar.
 

El incumplimiento de estas normas traerá consecuencias como el veto a las exportaciones de las compañías que incumplan, serán más drásticos y exigentes que el más extremista de nuestros dirigentes sindicales.
 
Nuestros empresarios y funcionarios del gobierno irán acompañados de los más diestros y caros abogados a defenderse en los tribunales internacionales de los Estados Unidos en donde serán emplazados por violaciones o por incumplimiento de los contratos en donde se vulneren los intereses de los inversionistas pertenecientes al bloque del tratado.
 
Este viaje significa para los mexicanos una esperanza para que muy pronto se comience a actuar en contra de la ahora intocable delincuencia organizada, pues el amigo le falló al amigo, cuando protegido por la familia Guzmán visitó en Sinaloa a la madre del mayor enemigo de aquella nación y liberó a uno de los más buscados delincuentes identificado como Ovidio, nieto de la mamá del Chapo, Donald como es imponente e irrespetuoso debió de haber alzado la voz para motivar al Presidente López Obrador a tomar medidas urgentes con el remate incisivo y burlón de “si su ejército no puede detenerlos y entregarlos, a los jefes de los cárteles, nosotros vamos a ir por ellos.
 

Pronto comenzarán a caer grandes cabezas de las bandas delictivas como se está haciendo en la Ciudad de México en donde al parecer se actúa con mayor autonomía al igual que en Veracruz, esto será muestra de amistad a un país que exige seguridad y que está cansado de que le tomen el pelo, haciendo como que actuamos y fingiendo que los complacemos.
 
Es posible que pronto se arranquen las compañías petroleras norteamericanas a continuar con los trabajos de exploración y perforación de los mantos petroleros en territorio nacional, es posible que pronto se termine con la disputa por la Dona, que es una zona geográfica ubicada en los límites marítimos con nuestros vecinos cuya vastedad por sí sola abastecería a gran parte de la demanda gringa, es posible que pronto salga a concurso la construcción de la planta termoeléctrica de Tuxpan, que se le arrebató a la compañía petrolera Iberdrola, pero ahora con los norteamericanos que no son saqueadores, ellos son amigos, amigos de todos los mexicanos.
 
En fin, este fue un buen viaje en el que dos hombres muy recios en su trato, broncos e indómitos, se pusieron el bozal y se mostraron respetuosos y educados, para los mexicanos fue una visita que nos llena de esperanza porque puede ser la posibilidad de reactivar la economía, el comercio y la industria lo que significa empleos para miles de mexicanos y bienestar para sus familias, su resultado nos invita a calentar las máquinas, a abrir las fábricas, a cuidar nuestros sembradíos agrícolas para reavivar el campo y alentar la ganadería, actividades hoy deprimidas por la crisis y por las intolerables sequías que no terminan y que en estos momentos se prepara para mayores eventualidades por la proximidad de la canícula, solo nos alienta la ilusión de que nuestro líder nacional haya regresado con una nueva visión de la administración pública y nos contemple en sus planes de desarrollo para no rezagarnos o hundirnos.- Por el bien de la causa.