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Columnas y artículos de opinión
Salud y Justicia
Luciano Blanco González
14 de agosto de 2020
alcalorpolitico.com
Vivimos embabucados con las dosis de magia que de distintos tintes nos envía la Presidencia de la República para pensar y discutir en los demonios y en las maravillas que surgen de la chistera del mago de la comunicación que maneja nuestras neuronas, nuestros humores y nuestra lengua a su antojo.
 
Primero nos tranquiliza con la seguridad y certeza de que el virus lo dominaríamos a más tardar en mayo y los muertos serian unos 6000 si guardábamos la sana distancia y nos inmovilizábamos en nuestros hogares para no ser contagiados.
 
Desechando en sus recomendaciones con absoluto desprecio el uso del cubrebocas acentuándolo con el claro ejemplo de las altas autoridades que se exhiben y conviven en público sin él, mostrándonos que su uso es innecesario, o a lo mejor es porque ellos son inmortales o poseen secretamente la formula que los conserva sanos e inclinan a pensar que en privado suelten risas burlonas del resto de los débiles humanos que, para protegerse, utilizan sus mascarillas como si fueren seres disfrazados actuando en una película extravagante de terror.
 

Ante la escena infernal de millares de muertos, de enfermos y de millones de mexicanos aterrorizados por la pandemia, muestra indiscutible de su sostenido fracaso, para taparle el ojo a la inconformidad popular, sacan con destreza de la cámara de manipulación, el anuncio de que Ya tenemos a la vista, muy próxima una vacuna salvadora.
 
Cierto, los grandes consorcios de la medicina ansiosos de los grandes negocios, urgen a sus científicos para que ya obtengan la formula que nos permita inmunidad ante el virus, pero hasta este momento dicen los científicos y la Organización Mundial de la Salud que se están realizando pruebas, pero la vacuna aun no existe, de hecho, no se ha aprobado ninguna, estando todas en fase experimental.
 
Pero en México y en Argentina gobernados por políticos expertos en vender ilusiones que deslumbren y maravillen a sus gobernados, ya están creando centros de producción y de distribución de algo inexistente.
 

La supuesta vacuna es una poderosa arma política, que si ya la tuviera Estados Unidos sería la salvación de Trump para reelegirse a la Presidencia de los Estados Unidos, para el bloque occidental, significa reafirmar su posición mundial en materia de biotecnología como Rusia, China y Cuba que difunden estar muy adelantados en las investigaciones.
 
Si se sigue manejando el problema como hasta ahora, al ritmo que vamos, México habrá rebasado los 150 mil muertos cuando se aplique la primera vacuna que conservadoramente, si seguimos con el plan Slim, será allá por agosto del próximo año para todos aquellos que logremos sobrevivir, a quienes se recomienda, si son ricos o si tienen medios económicos, se les recomienda regalar todos sus bienes y volverse pobres porque ellos serán preferidos para su aplicación.
 
Una de las grandes razones por la que no ha funcionado la estrategia de contención de la pandemia, ha sido el manejo político que se le ha dado, pues siendo el problema de carácter federal por abarcar toda la nación en el caso particular de México, ha sido la falta de una dirección solida que por disposición constitucional recae en el Consejo General de Salubridad, hasta ahora ausente en la toma de decisiones, lo que es muy lamentable pues no hay orden y las disposiciones de Gatell, a veces son diferentes a las del Presidente, de los Gobernadores y de los Presidentes Municipales, cada quien haciendo lo que cree que debe de hacer ante sus gentes que les exigen acciones.
 

A ello hay que sumarle la desesperación que tiene la mayoría por retornar a sus actividades normales de trabajo, inquietud que está siendo paulatinamente atendida y que debe de fortalecerse en el marco de la responsabilidad que tiene cada uno de cuidarse, pero siempre y cuando se cumplan todos los protocolos que se dicten, los cuales deben de irse haciendo rígidos y sancionables para que no haya excusa en su observancia.
 
Pero conforme a los resultados que se reflejan en las estadísticas locales y nacionales, los esfuerzos han resultado insuficientes, pues no se puede brindar una mayor y mejor atención si se carece de recursos económicos para conseguir más apoyo de asistencia médica y medicinas, ya no en hospitales, la gente sólo va a los hospitales como última instancia, tiene miedo por las historias de horror que platican quienes han estado internados o las experiencias de quienes llevaron a sus familiares todavía en buen estado y se los regresaron en fiambre.
 
López Obrador debe de dotar de más recursos económicos y más facultades a los responsables regionales directos que son los gobernadores, a quienes debe de darles toda la confianza para que ellos, conociendo el territorio y las necesidades, los apliquen directamente con miras a implementar la salud de la población y propicien la reactivación económica, máxime cuando existe un espíritu de colaboración para el trabajo que la Federación, enfrascada en una política de enfrentamiento, no atiende los ruegos y las exigencias que en este renglón le hacen sus adversarios de partido, que por lo demás éstos también aprovechan para llevar simpatías a sus decoloradas banderías.
 

El Presidente tiene todo el apoyo de la nación para tomar todas las medidas que sean necesarias para mejorar el sistema de salud que poco a poco va dejando de ser de trato humano directo, miles de enfermos actualmente son tratados meticulosamente vía videoconferencias y hasta donde se sabe, los resultados han sido muy buenos, pero su instrumentación requiere del profesionalismo que ya nuestros maltratados y desatendidos médicos y enfermeras lo tienen, ellos son quienes monitorean a distancia el estado de un enfermo y recomiendan lo que debe de hacer un familiar desesperado, evitando con ello la automedicación y males mayores.
 
El Presidente es un hombre justo y no por gusto está pendiente de todos los pasos que dan sus colaboradores, aunque sean autónomos pero en constante comunicación con él, a ello se debe la información fresca que tenemos en renglones como la procuración de justicia, en que su Fiscal, Alejandro Gertz Manero, lo tiene informado con detalles de todo lo que tiene pactado con los Lozoya y los agresivos anuncios de corrupción que cimbran al país cada que lo entera de las atrocidades que se cometieron con los bienes públicos cuando Emilito estaba a cargo de Pemex y antes.
 
Su voz suave y descriptiva de todas las abusivas tranzas que se hicieron en el pasado, emanan de su firme e indeclinable convicción de luchar y barrer del gobierno mexicano la maldita corrupción que tanto daño nos ha hecho, y su constancia contra lo que dicen sus críticos que obedece a fines políticos, tiene la fuerza de una avalancha con cuyo poder abona y siembra en la conciencia de la sociedad de que nunca más se debe de admitir un líder, un partido o facción que no garantice la honestidad.
 

Pero si ofende a las sanas conciencias las torcidas y selectivas prácticas que para llegar a la verdad aplican las autoridades para investigar, castigar o perseguir a los delincuentes políticos que detenidos y sujetos a proceso, consentidos por jueces y fiscales, gozan de sus fortunas robadas en sus residencias, agasajados con todos los lujos, rodeado de su banda familiar.
 
Cómo es posible que le crean al frágil y querido Emilio, que él obedecía indicaciones y que las ejecutaba, por ello a sabiendas de que era ilegal recibir sobornos, no dudó en hacerlo, cuando en el cumplimiento de sus funciones debió de haberse opuesto y renunciar, pero no, su voracidad lo llevó a aceptar las cantidades millonarias y a repartir por órdenes superiores el dinero recibido con un guardadote para él y sus familiares, derramando sus obscuros dones en regalos millonarios de dólares, mansiones en el país y en el extranjero a su propia madre y a su esposa.
 
Este espécimen no merece el trato de rey que se le está dando, habrase visto el dislate de que para que no pase vergüenzas, firme por internet sus comparecencias obligadas al juzgado y que, para avalar sus cínicas verdades o sus maquinadas mentiras, el Fiscal admita como testigos de su parte a su séquito de ladrones que coadyuvaron a realizar sus tropelías y a quienes lleno de oro y favores, y ahora esas sucias lenguas compradas testimoniaran lo que su jefe les indique.
 

Que no se induzca, ni pervierta la justicia, que se castigue a los responsables del saqueo y del quebranto económico de los tesoros de la nación, así sea el expresidente Enrique Peña Nieto, no importa, ello es una lección para todos los políticos, que de ser así sabrán que tarde o temprano serán castigados.
 
Que no se cubra a Emilio ni a nadie con el manto de la impunidad, que no se exhiba al Presidente haciendo componendas en lo oscurito pretextando la lucha en contra la corrupción, porque la supuesta colaboración y el premio en el trato suave y el seguro perdón envilecen la justicia y degradan al Estado Mexicano.
 
Finalmente, es conveniente reflexionar sobre los banquetes novelescos que en forma de diálogo mañanero nos brinda todos los días el Presidente, porque con sus palabras enriquece nuestra fe en la posibilidad de que pronto salgamos de este profundo hueco en el que creemos encontrarnos y en donde creemos que nos ahogamos, estamos saliendo adelante, lo más grave está pasando y lo que nos suceda como población es responsabilidad nuestra, le corresponde al gobierno, brindarnos las condiciones para poder desarrollarnos con la convicción de que esto es tarea de todos nosotros. Por el bien de la causa.