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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Que muestren las escrituras
Miguel Molina
5 de abril de 2024
alcalorpolitico.com
Gane o pierda, la historia política de Rocío Nahle, candidata de Morena a gobernadora de Veracruz, quedará marcada por el escándalo de las casas grandes que ha divulgado en las redes sociales un empresario de San Rafael. Hemos visto documentos de propiedades que la señora habría comprado en Veracruz y en Tabasco a precios de mucho descuento, pero todavía más allá de lo que le pagaba su sueldo de secretaria de Energía.

En su candidatura hay y habrá otras cosas. Pero son asuntos menores, como no saber los nombres de los municipios que visita o que promueve, como entrar a la boca del lobo de La Parroquia de Boca del Río un domingo de semana santa, o como irse a vivir a un lugar muy caro y muy lejos del pueblo bueno. Eso no se hace.

Tendría que ser cosa de asesores que le digan a dónde va, por qué va ahí, quiénes son los que mandan, qué problemas tiene el lugar, qué se le puede ofrecer a todos desde lo alto de una candidatura. Parece que no hay quien ponga orden en una campaña errática desde el principio, marcada tal vez para siempre por el asuntico ese de las casas. Sería tan fácil consultar los registros públicos de la propiedad y ver quién fue dueño de qué, y quién compró y por cuánto.


No es una idea descabellada en estos tiempos de no mentir, no engañar, y no traicionar. La transparencia es madrina de la confianza: si la casa de Boca del Río es rentada, que se haga público el contrato de arrendamiento; si las otras propiedades que se atribuyen a la candidata de Morena o a sus familiares no son de ellos, que se muestren las escrituras de los dueños – o las dueñas – de las casas. Puede ser complicado pero no es difícil. Hay una Unidad de Inteligencia Financiera que bien puede aclarar qué cosa es de quién y cuánto costó.

Así no se gana un argumento

El presidente asegura sin más pruebas que su palabra que la señora es honesta, pero la palabra del presidente ya no basta. Tampoco la del gobernador, que dice que los documentos que conocemos son falsos. Los morenistas han optado por la descalificación del mensajero: el que denuncia es tal y tal, y ronca y no se peina, y probablemente tiene caspa y mal aliento cuando despierta.


Pero nadie ha respondido a lo que dicen los documentos que se publicaron y sirvieron de base para una denuncia con pelos y señales. Así no se gana un argumento, mucho menos la confianza de quienes van a elegir un nuevo gobierno para Veracruz dentro de ya no mucho.

Al parecer, la señora y su equipo están por dejar la casa grande, para mudarse a quién sabe dónde con todo y camionetas y ayudantes. Demasiado tarde. Gane o pierda, la historia política de Rocío Nahle, candidata de Morena a gobernadora de Veracruz, quedará marcada por el escándalo inmobiliario. El clásico diría que unos se fueron al monte y otros – u otras – se fueron al manglar. La mujer del César etcétera.

Desde el balcón


Uno piensa que ya es primavera. Sale al balcón, engañado por toda esa luz, y siente el aliento frío del invierno que no se quiere ir. Cae y deja de caer una llovizna pertinaz que moja poco y jode mucho. Abril es ciertamente el mes más cruel, cuando menos en estos días, aunque la malta ayuda a que la tarde se vaya sin tristezas.

Uno sabe que en otro lado del mundo es mediodía. Pero aquí como allá, a esta hora, uno ignora tantas cosas. Más que nada, uno ignora qué pasó con los trescientos millones de pesos que encontró el ingeniero gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, en algún lugar de la Fiscalía General del Estado.

También ignora qué va a encontrar el nuevo proyecto del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN para los amigos), que estudiará las colisiones entre hadrones y otras partículas subatómicas en un sistema cuya estructura es tan grande que abarca parte de Suiza y parte de Francia, para detectar qué hacen cosas tan infinitamente pequeñas que no se pueden ver a simple vista y duran menos, muchísimo menos, que un parpadeo.


Pero uno sabe que los hadrones y las partículas subatómicas están ahí. Uno no sabe dónde están los trescientos millones de pesos. La malta está aquí, al alcance de la mano, en una mesa amarilla. Ah, la primavera.