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Columnas y artículos de opinión
Poza Rica (10a. Parte)
Luciano Blanco González
9 de marzo de 2012
alcalorpolitico.com
Kehoe, un ejemplo
 
La falta también, de operadores políticos externos en el Sindicato Petrolero, es un contraste aberrante si consideramos la enorme cantidad de electores potenciales que la Sección 30 y el FRUS, manipulan corporativamente a su manera, ¿acaso sus ideólogos ignoran que no se puede manejar a la sociedad igual que como conducen al sindicato? en tanto que en el corporativo obrero se manejan intereses muy definidos y los mecanismos de control están muy afinados, el común de la sociedad por diverso es diferente, por independiente es crítico y la mayoría por anónimo es más libre, lo que los coloca en la posibilidad de elegir más sin compromiso por quienes ellos quieran y obliga a los líderes auténticos a manejar una estrategia diversa.
 
¿Acaso Don Rosendo Hernández Báez, Presidente del PRI Municipal, carece de la capacidad, de los principios y de la lealtad, que poseyeron Don Refugio Sobrevilla, Don Juan Tello, Don Mario Galindo, o Don Ramón Arevalo?, todos ellos formados en las luchas, al lado del Güero Kehoe en contra de la ineptitud y de las traiciones.
 
No basta con sentarse en la silla del poder y confiarse en la suerte y en las circunstancias, el Güero Kehoe, formó una camada de líderes, de los que conocía a detalle en sus propósitos, en sus planes, en sus potencialidades en sus debilidades y a quienes en premio a su lealtad y a su trabajo los hizo, o fueron después de su muerte: Secretarios Generales, Diputados Federales y Locales, los preparó para servir y para gobernar, sabía el güero para que servía cada uno de sus colaboradores, repartía el poder, según la capacidad y el trabajo de cada uno, la olla de presión se desfogaba cada rato, cada vez que alguien salía de comisionado sindical o de candidato de elección popular o de funcionario público, se afinaba más el equipo, no concentraba el poder en su persona y él permitía que todos jugaran, en lo interno, contaba con un equipo de trabajo en cuyo primer círculo destacaban: Ignacio Mendoza, Fernando Figueroa, Luis de la Tejera, Rafael Herrera Ricaño, Emilio Salgado Zubiaga, Oscar Torres Pancardo, Efraín Ríos, Mauro Melo, Salvador Salazar Flores, Emerico Rodríguez, José Luis Padilla, Calixto Javier Rivera Díaz, Luis de la Tejera, Manlio Hernández, Cuco Sobrevilla, Ramón Arevalo, Juan Tello González, Mario Galindo, Héctor Cruz, Pepe Rojas, El Pelón Peralta, Braulio Álvarez, Jorge Fernando Reyes Estrada, Rodolfo Betancourt, Idelfonso y Roberto Christfield, Felipe Figueroa, todos ellos petroleros. Comisionados nacionales, locales, unos Diputados locales, otros Diputados Federales, Presidentes o Síndicos del Ayuntamiento.
 
El Güero no se encerraba en el círculo petrolero, ni se cerraba a la sociedad, era el primero en los eventos culturales y deportivos de la Ciudad, le gustaba acompañar a los miembros del sindicato en sus festejos familiares, se apersonaba en cada evento con una familiaridad que creaba confianza, sus abrazos eran fraternales de respeto y de cariño, si iba con un transitorio, sembraba la esperanza de un trabajo fijo o la promesa cuando menos de que mientras él fuera el líder no les faltaría trabajo. En la Colonia escuchaba atentamente los reclamos de los vecinos, si había alguna obra que se pudiera hacer, él vigilaba personalmente que se hiciera, jamás negó una audiencia o un saludo a nadie.
 
Observaba el panorama regional, con la agudeza con que un jugador profesional de ajedrez, analiza el tablero, percibía con la mayor sensibilidad el ambiente y disposición afectiva o política de todo su entorno, distinguía entre sinceridad e hipocresía y captaba la diferencia entre las palabras de reconocimiento y las palabras lisonjeras de adulación, tenia una capacidad natural para avizorar los problemas a corto y a largo plazo y hacía que sus operadores le acercaran los líderes populares, agrarios, juveniles y femeniles, a los que encabezaba en las audiencias con el Gobernador y con los funcionarios, sabía y expresaba que el Sindicato no tenía suficientes recursos para resolver los problemas sociales, buscaba recursos para ellos en PEMEX, en la Federación, en el Estado y en los Ayuntamientos de la Región.
 
El Güero Kehoe, acrecentaba el poder sindical y se expandía hacia la sociedad de diversas maneras, en cuanto descubría que alguien tenia aptitudes de liderazgo lo integraba de inmediato, Al Licenciado Domingo Lince Frías, que fue el artífice de la campaña del doctor Maximino Ledezma y que con sus astucias y argucias, derrotó a su candidato Efraín Capitanachi, inmediatamente lo invitó a su equipo, a Marcos López Mora, Delegado de Tránsito Federal, por su calidad humana y altruismo, Siempre inquieto, siempre rebelde, pero siempre en el corazón del pueblo y quien contaba con todas las medallas para ser Presidente Municipal, pero no podía ser candidato por que no era petrolero y además era adversario del grupo dominante por las imposiciones ofensivas, a él, primero lo hizo amigo, luego lo hizo petrolero, después lo comisionó y era su carta fuerte para la Presidencia Municipal, cuando al Güero le sucedió la fatal tragedia que le arranco la vida, que difícil fue convencer a Oscar de este propósito en conciencia testamentaria.
 
Hermes Villanueva, ideólogo del grupo vivanquista, de Terrazas, pero principalmente de Tomás Galindo, valioso en sí mismo a pesar de que se resbalaba con Chano Ortiz, lo acercó con sana distancia. A Domingo, le consultaba asuntos jurídicos, a Marcos, le consultaba asuntos de la sociedad y de la administración pública, su opinión sobre personas y sobre la administración pública eran muy importantes, al inolvidable Doctor Guillermo Macías, médico de cabecera del güero, le encomendaba y confiaba ciegamente en todas sus prescripciones sobre la salud, en el Contador Antonio Martínez, reposaba el güero los asuntos financieros y fiscales, al Licenciado Armando Bonilla Salas, le encomendaba todo lo que tenía que ver con inmuebles, Armando había sido Notario Adscrito y conoce la materia. Al Licenciado Benito Martínez, le pedía que le explicara las variantes económicas y teorías sobre esta materia que él desconocía y al Joven Licenciado Luciano Blanco González, le encomendaba asuntos delicados con el Gobierno del Estado y con el Ayuntamiento, a todo este círculo le gustaba al Güero, invitarlos y llevarlos a todos los actos públicos, lo que lo hacía más popular y motivaba la aceptación general de la población que lo aplaudía y loaba.
 
Todos tenemos derecho a discrepar, pero en el catalogo de mis verdades consta que el Güero era el político mas optimista sobre la tierra, no he escuchado un lema más convincente, que el pensamiento que el enarbolaba como bandera. “Con Ustedes, Lo bueno debe Ocurrir” pensamiento que en síntesis revela su confianza en los semejantes y su fe en el destino, su tragedia dejó una dolorosa huella en toda la Nación, Poza Rica sería diferente si tuviéramos entre nosotros al líder iluminado que tuvimos, cerca, muy cerca de nosotros.
 
Claro eso solo lo puede hacer un ser sencillo como lo fue él, ahí tienen los líderes actuales una imagen para reflejarse, ahí esta el acervo del güero para seguir nutriendo la organización y preparase para el futuro, porque a estas alturas, a los 2 líderes sociales de la Ciudad, Juan Nicolás Callejas y Sergio Lorenzo, les comienzan a preocupar en serio sus respectivas sucesiones, el tiempo y el desgaste los están alcanzando y aunque sus estilos y sus estructuras son diferentes, su cerrazón a de eliminarlos del escenario paulatinamente. Ya sus dóciles pupilos de ayer, traen los guantes puestos, ya están en el ring.