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Columnas y artículos de opinión
En Caliente
Tierra de nadie
Benjamín Garcimarrero
20 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
Tal parece que los viejos de la octogésima edad nos quedamos suspendidos en el tiempo.
 
Para referirse a la ética y modo de ser de aquellos ayeres, había una frase que dibujaba el “momo deodo del toto deodo” ilustrando el tema cuando amarraban a los perros con chorizo y no se lo comían.
 
Los que nos atrevemos a dejar por escrito aquellas experiencias, somos criticados por estimar mejores tiempos idos, por hoy la muchachada estrena su vida y lava su cerebro para que no quede una brizna de lo que se hizo ayer.
 

Todo lo mencionado viene a cuento por el recuerdo de una vieja oficina que estaba cerca del estadio, dedicada a la reparación de caminos y el mantenimiento que no faltaba.
 
Hoy transité por una vía que parece tierra de nadie, hay cientos de hoyos y ni quien se ocupe de darles una manita de gato. Me refiero al tramo que une la capital del Estado, con Coatepec.
 
Hasta donde parece la parte arreglada está por una vía accesoria que lleva o llevaba a los hijos de los altos jerarcas del gobierno a esas lujosas escuelas de paga, en su mayoría auspiciadas por el Cártel Vaticanus.
 

Sin decir nombres, me comentaba un conocido que un gobierno municipal, le encargó la restauración completa de una hermosa fuente, construida atrás tiempo; cuando terminó, el conjunto parecía recién hecho, sin embargo a la luminosa velocidad de los automovilistas, muy pocos reparaban en la reparación.
 
Pues no me lo va usted a creer, - afirmaba- pero la administración municipal no me quería pagar el arreglo, argumentando que las obras ocultas, no se ven y si no se ven, no se pagan.
 
Dicho de otro modo, se acabó el tiempo de los románticos y los poetas; va quedando la generación de hijo e poetas.
 

Alguna vez el sol, el agua el suelo y tantas cosas; era de todos. Ahora todo es ajeno, la luz es un monopolio de estado, el agua, dicen; que la da Dios pero no la entuba; ya no hay aleros protectores, ahora las azoteas están pelonas y hasta las macetas se escondieron del smog.
 
Las carreteras, si no son de peaje, no son de nadie; si no hay ganancia nadie hace nada, la población puedo tranquilamente irse a Pittsburg, que está diez kilómetros delante de la Tzing Ada.
 
Si no importan la mercancía, ni las gallinas ponen. Antes el desayuno andaba cacareando en el patio.
 

¿Será posible que los monopolios hasta los huevos nos quitaron? Y después de todo esto andan promoviendo el voto.
 
Y que no se piense que un hoyo no inspira, y por pura prevención me fui metiendo en todos y cada uno de ellos, no sea que los vayan a tapar antes de echarme un clavado en ese paisaje lunar que es la carretera Xalapa-Coatepec.
 
Es mejor viajar por el camino viejo que está por en ca’ Briones, y solo como un breviario cultural, sepa usted que el primer revoloteo en globo, construido por Don José María Alfaro en 1784 y cuyo nombre lleva la calle que de sur a norte acaba en Veinte de Noviembre, terminó en el camino antiguo a Coatepec, por el rumbo de Pacho Viejo. Repitió la hazaña de los hermanos Montgolfier.
 

Alfaro, también arregló el reloj de Catedral, pues se le había parado al obispo. Esos fueron buenos tiempos.