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Columnas y artículos de opinión
En Caliente
Brinco al pasado
Benjamín Garcimarrero
16 de diciembre de 2013
alcalorpolitico.com
Los fenómenos sociales son cíclicos, vuelven de tiempo en tiempo aunque haya impulsores geniales que rompen con la estática.
 
El retroceso es una reacción que impide la evolución del proceso por comodidad, pereza mental o temor al cambio. La naturaleza del hombre es así, comodina y acomodaticia.
 
Veamos a ojo de pájaro estos fenómenos, hasta donde nos alcance el lápiz Pelikan, Mirado, Eagle o Rajojú.
 

Pongamos como premisa el principio aquel que rezaba: “Cuando el primer hombre se sentó sobre la tierra y dijo ¡Esta tierra es mía!, ese hombre instituyó el robo”.
 
La frase, contiene una velada explicación de la psique humana, que desarrolla un sentido de territorialidad y facultad de apropiación. Todas las especies la tienen; los perros orinan su ámbito, diríase que sienten el dominio sobre el espacio que habitan, aunque solo el hombre lo ha llevado a las sutilezas y filigranas de instruir notarios para que expidan títulos de propiedad o de posesión y el colmo, se lucra, extorsiona y trafica con ese sentimientos, que no es más que una entelequia, una ficción jurídica.
 
Eso abarca desde el sentimiento de propiedad hasta la convicción de espacio que se llama patria o terruño. Pobre del apátrida que no tiene ni en donde caerse muerto.
 

Pero hay algo peor que es perder ese sentimiento, sentir que no se pertenece a ninguna parte, que se es ajeno al mundo y trastocar los valores de modo tal, que se pueden entregar al mejor postor. Eso es lo que ahora ha ocurrido con la reforma energética.
 
LA REFORMA ENERGÉTICA: El grupo en el poder se olvidó de la lucha por el apoderamiento de las fuentes de riqueza nacionales, tales como el Petróleo y el Gas. Volvió al mismo coqueteo de Don Porfirio Díaz con las empresas Norteamericanas que empeñaron el subsuelo, petróleo y minería, y después cuando estaba copado, coqueteó con Alemania e Inglaterra, que ya estaban preparándose para la primera guerra mundial. Eso le costó al oaxaqueño su poder y su vida más tarde.
 
Ahora es un Congreso de conveniencias que abre nuevamente lo que la historia creía terminado con Lázaro Cárdenas. El inventario futuro de la patria nos va a dar un nuevo Presidente rico y una población depauperada y hambrienta que actualizará el veraz proverbio: “Pobre del pobre que al cielo no va; lo chingan aquí y lo chingan allá”. Las invasiones gringas no contaron, el sacrificio de los niños héroes no trascendió. Los defensores del puerto jarocho, solo se volvieron nombres de avenidas y calles. Alcalde y García es solo un mercado.
 

LA REFORMA FISCAL: El principio general, es que todo ciudadano tiene la obligación de contribuir al gasto público. Tal idea implica equilibrio entre el ingreso y el gasto. Mal empieza la organización política que gasta más de lo que recibe, pues para equilibrar inventa fuentes gravables para obtener más ingresos y así sostener a una mantada de zánganos que forman el Congreso y muy especialmente al Senado, que se vuelven figuras decorativas, en tanto que los diputados son tantos y de mentes tan cortas que de cada docena no se hace uno que valga la pena.
 
Así, inventan el impuesto del IVA, el sobreprecio de la gasolina, la carga a comida chatarra, otra imposición a la comida de mascotas etc. Y volverán los tiempos en que cobraban por tener ventanas a la calle. Me gustaría saber cuánto cuesta una mentada de madre, para darle una dilapidada al gasto doméstico.
 
BERGOGLIO:
 

Otro brinco saltatrás, es el manipuleo de la fé y la tolerancia hacia un credo que instituyó el saqueo.
 
En la hoguera y con engaños se instituyó la Iglesia en México; su líder actual Jorge Mario Bergoglio, un argentino que está reviviendo la doctrina de San Francisco de Asís, campechaneada con los castrenses impulsos de San Ignacio de Loyola, presenta contrastes, pues por un lado condena y por otro beatifica; reprocha al Banco Vaticano, pero inaugura virtualmente sucursales del negocio que administra. Exige democracia pero en su carácter de jefe de Estado, regentea una Monarquía absoluta con destellos de teocracia plutocrática. Y allá vamos los de acá a mostrar nuestro juego de contradicciones.
 
Ciertos aconteceres me recuerdan la ocasión en que se desbarató de polilla la imagen del Santo patrono de mi pueblo que tenía más de cuatrocientos años recibiendo al humo de las ofrendas y la fé de mi raza descalza con alma de escapulario.
 

El cura, en secreto le pidió al ebanista local que rehiciera todo lo apolillado mediante un buen precio, siempre y cuando lo restaurara en secreto, de noche y en silencio para no quebrantar la fé. Solo podría utilizar la máscara y debía usar un naranjo que crecía en el huerto del carpintero.
 
Trabajó la imagen casi un año en tan precarias condiciones y cuando terminó pidió su paga.
 
El cura le pagó la mitad y le dijo: -Lo que te falta te llegará en un milagro como Dios manda, nada más no pierdas la fé.
 

Desde entonces se vio al ebanista acudir al templo a musitar una plegaria y al final llevaba su dedo índice a la frente; supimos lo que decía:
 
Naranjito de mi huerto.
Naranjo te conocí;
De tus naranjas comí.
Y los milagros que tú hagas
Que me los claven aquí.
 

LA EQUIDAD DE SEXO:
 
También es una contradicción que por consecuencia lleva a conclusiones falsas. El principio se encuentra en el artículo 4° constitucional estableciendo la igualdad del hombre y la mujer frente al derecho. Debe entenderse que las obligaciones también.
 
Pero la ley ya se quedó atrás frente a la realidad que demuestra que no solo son dos los sexos, sino que hay tres y otras subdivisiones más del género, es más, pues hay quien no alcanza ni genero ni especie y se queda en una sub-especie de retardación mental que está fuera de clasificación; a esa se le aplica el adjetivo suigéneris (debajo del género); independientemente de la apariencia que tome.
 

Entre las discusiones bizantinas estaba la de los eruditos que se preocupaban por saber cuál era el sexo de los ángeles, y la de cuantos podían caber parados en una uña.
 
Para estas personas solo existe el capricho, no existe el razonamiento lógico contra las aberrantes decisiones de Estado; no hay inteligencia ni especialidad, no hay honor ni capacidad.
 
Las contradicciones religiosas crearon la santidad para la mujer como imagen de hornacina sagrada; pedestal que ha enfermado psicológicamente a nuestra civilización.
 

También el machismo implica una alienación igual que el feminismo. ¿Quién sabe dónde iremos a dar? Si no se le pone un poco de inteligencia a este asunto y se le quitan las contradicciones.
 
Si estimo que de la calidad ofídica del género debe quitarse la injuria y los dobleces idiomáticos.
 
Al pan, pan y al vino, vino; porque aquí no hay mas madre que la que puja.