Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Vía Correo Electrónico

Con “decepción razonada” se inconforma por relevo de una regiduría en Xalapa

Considera que por eso hay apatía: de la lista nominal de 395,753 ciudadanos, votó el 29.68% con 117,483

17/12/2025

alcalorpolitico.com

Carta de un ciudadano: nepotismo, simulación y desprecio al voto en Xalapa

Escribo como ciudadano xalapeño y como votante en la elección para integrar el Ayuntamiento de Xalapa. No desde el enojo visceral, sino desde la decepción razonada, que es mucho más peligrosa. Porque el enojado grita; el decepcionado no olvida.

En la pasada elección municipal, miles de personas decidimos salir de la comodidad de la queja y ejercer el único poder real que tenemos: el voto. Lo hicimos creyendo en un proyecto que se presentaba como distinto, como una alternativa frente a las viejas prácticas que durante años han contaminado la vida pública local. No votamos a ciegas. Votamos por una propuesta, por una fórmula completa para el Ayuntamiento de Xalapa, encabezada por Román Moreno como candidato a presidente municipal, y por mujeres y hombres que daban sentido y credibilidad a ese discurso impulsado por Movimiento Ciudadano.



Esa confianza fue pisoteada.

Resulta insultante que se pretenda vender lo ocurrido como algo “normal” o “propio de la política municipal”. No. Lo normalizado no es lo correcto. También fue “normal” durante décadas que los ayuntamientos se manejaran como feudos, que el poder se repartiera entre amigos o familiares y que la voluntad ciudadana fuera lo de menos. Justamente contra eso se suponía que votamos en Xalapa, creyendo que Movimiento Ciudadano representaba algo distinto.

Por simple lógica, nadie se expone a una contienda electoral local en un País donde amenazan, persiguen y asesinan actores políticos –56 tan sólo en este año– para luego “negociar” su lugar como si se tratara de una ficha intercambiable. Pensar eso no es pensamiento crítico: es repetir la mentira que mejor acomoda para no cuestionar a quienes hoy controlan las decisiones dentro del partido y del proyecto encabezado por Román Moreno.



Los números –esos que no sienten, pero dicen la verdad–, son demoledores: En la elección del Ayuntamiento de Xalapa, de una lista nominal de 395,753 ciudadanos, sólo 117,483 participaron. Una participación del 29.68 por ciento. Ese es el verdadero cáncer de nuestra democracia local. La apatía. El “da igual”. El “todos son iguales”.

Y cuando quienes prometieron ser distintos terminan actuando igual que los de siempre, esa apatía deja de ser excusa y se convierte en consecuencia directa.

Una parte importante de los votos obtenidos por Movimiento Ciudadano en Xalapa se construyó gracias a la confianza depositada en quienes encabezaban la lista para integrar el Cabildo. Borrar esa voluntad ciudadana mediante decisiones internas avaladas o toleradas por la dirigencia local y por Román Moreno no es una anécdota partidista: es una traición política al electorado xalapeño. No al partido, sino a quienes creímos que esta vez sí valía la pena votar en una elección municipal.



No se trata únicamente de si fue legal o no. La legalidad mínima no alcanza cuando se gobierna, o se pretende gobernar, un municipio con autoridad moral. Se trata de ética pública, de congruencia, de entender que las regidurías no son botín, ni premios familiares, ni espacios para pagar favores dentro de un comité o de una campaña.

Hoy fue una regiduría del Ayuntamiento de Xalapa, decidida al interior de Movimiento Ciudadano. Mañana puede ser el control total del Cabildo. Pasado mañana, el uso del Gobierno municipal como plataforma personal.

Por eso esta carta no es sólo una queja: es una advertencia temprana. Si así actúan como segunda fuerza política en Xalapa, con Román Moreno al frente del proyecto, imagínese qué harían con el poder completo.



Y para quienes piden “denuncias” como si fueran soluciones mágicas, conviene aclarar algo básico: las decisiones político-electorales municipales no se corrigen con ocurrencias ni con linchamientos mediáticos, sino por las vías institucionales correspondientes. Pero incluso cuando la Ley alcanza, el daño ya está hecho: la confianza ciudadana no se repone con resoluciones, se pierde con actos.

Aun así, no pienso rendirme. No dejaré de votar en Xalapa. No dejaré de exigir cuentas a quienes integren este y cualquier Ayuntamiento. No dejaré de señalar lo que está mal, venga de Movimiento Ciudadano, de Román Moreno, o de cualquier otro partido o personaje que traicione la confianza pública. Porque rendirse es exactamente lo que permite que los mismos de siempre sigan haciendo lo mismo de siempre, pero ahora con discurso “nuevo”.

Esta carta no busca aplausos ni cargos. Busca memoria.



Porque cuando llegue el momento de volver a pedir el voto en esta ciudad, más de uno recordará que el problema nunca fue la falta de poder, sino la forma en que se empezó a ejercer desde el primer día.

Atentamente

Un votante xalapeño que creyó… y que hoy ya no está dispuesto a guardar silencio