En medio de gran consternación, dolor, llanto e impotencia, fue despedida la reportera María Elena Ferral. Amigos, familiares, ciudadanos y conocidos se dieron cita para darle el último adiós.
A las 10 de la mañana partió el cortejo fúnebre de la sala de velación y recorrió diversas calles de la población. Reporteros de diversos medios comunicación se manifestaron portando mantas y pancartas en protesta por este crimen que atenta contra la libertad de expresión.
El cortejo se detuvo por algunos instantes en la calle Francisco Javier Mina, donde ocurrió el ataque a la periodista. Ahí gritaron consignas contra el Gobierno y autoridades encargadas de la impartición de justicia.
A su llegada al panteón se celebró una pequeña ceremonia, en la cual se dio una reseña de su vida, se recordaron anécdotas y se elogió la labor que hizo la reportera durante más de 30 años. Posteriormente, su cuerpo fue depositado en una tumba de la tercera sección.