Ejidatarios amenazan con cerrar Yuribia de nuevo y dejar sin agua a Coatzacoalcos, en Carnaval

En plena celebración de Carnaval, habitantes del municipio de Tatahuicapan amenazan con dejar sin agua a Coatzacoalcos, debido a que la entrega de dinero del Gobierno del Estado a los ejidatarios por el usufructo del recurso natural de la presa Yuribia no ha sido equitativa.

Además, un grupo se encuentra inconforme por las acciones del presidente del Consejo de Vigilancia del Ejido Tatahuicapan, Inocente Bautista Luis, en el sentido de que ha cambiado a los representantes de comités de obras que integran el comisariado, a fin de beneficiarse económicamente.

Sustituyó así a Juan Sánchez Hernández por Anastacio González Hernández, gente de su confianza quien, mediante su cargo, le ayudaría en la obtención de más recursos por parte del Gobierno estatal y del municipio porteño.

La nueva amenaza es generada por el desacuerdo en el manejo de millonarias sumas que entrega el gobierno cada mes al comisariado ejidal.

Y no se descarta que el grupo de choque comience a hacer presión, saboteando la celebración del Carnaval con el cierre del acueducto, para que así se tome en cuenta a todos los grupos y ejidatarios de la sierra.

Según Juan Sánchez, el presidente del Consejo, Inocente Bautista, lo destituyó debido a que no se ha prestado a ser su cómplice en los desfalcos que hace y evidenció también que ha negociado el ingreso a algunos familiares a la CAEV.



Se informó que en pocos días se recibiría una cantidad que rebasa los dos millones de pesos y esperan que se reparta de forma justa y equitativa entre todos los ejidatarios, cuyos predios pasan por el río Tezizapan, pero también en beneficio de toda la población de Tatahuicapan, en caso contrario, cerrarían las válvulas.

Este domingo a primera hora, se realizará una asamblea en la que se decidirá el cierre, aunque antes se lanzó un mensaje al gobierno, en el sentido de que los acuerdos sean totalmente incluyentes y no sólo con el grupo que lidera Inocente Bautista, ya que malversa los fondos que envían, lo que tiene encolerizado al resto de los ejidatarios y a la población serrana.