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Sección: Estado de Veracruz

El gran reto de los católicos del siglo XXI es hacer caso omiso a falsos profetas

Vicario de Catedral de Xalapa invita a los fieles a celebrar una transfiguración personal para ser solidarios, honestos y justos con los semejantes

?ngeles Godoy Morales Xalapa, Ver. 04/03/2012

alcalorpolitico.com

“Esas palabras de la transfiguración constituyen un enorme reto para los hombres y las mujeres del siglo XXI. Qué difícil es escuchar la voz de Dios en medio de los ruidos de la sociedad”, señaló el vicario de Catedral, José Luis Ortiz.

Durante la ausencia del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios quien se encuentra en la ciudad de Roma viendo los avances de la Causa de Beatificación del padre Martín del Campo, el vicario presidió la celebración eucarística y abordó durante su homilía los retos de la sociedad actual.

“Hay falsos profetas que nos ilusionan con falsas promesas de felicidad, nos confunden respecto a la ética y los valores pues se han borrado las líneas divisorias entre el bien y el mal; lo honesto y lo deshonesto”.

Por ello, el vicario exhortó a los fieles a estar atentos a la voz de Jesús, que es quien transmite un mensaje de fe, que anuncia la realidad que espera en el Reino de Dios.

“La fe en Dios no puede interpretarse como un mecanismo para escaparnos de la realidad, la alienación es una peligrosa tentación, por el contrario, la fe en Dios debe ser una poderosa motivación, para comprometernos con la transformación de las realidades terrenas”.

Indicó que los seres humanos tienen la inclinación natural de instalarse cuando han alcanzado un cierto nivel de satisfacción, lo cual es sólo un freno para emprender nuevas acciones.

“Evitamos realizar gestos concretos de solidaridad que nos causen cierta incomodidad. Esta misma tentación de instalamiento, la vivimos en la experiencia religiosa. Consiste en sentirnos satisfechos con lo que hacemos, creer que somos buenos, casi perfectos y que por tanto no necesitamos convertirnos”.

El vicario exhortó a los fieles, en este Día de la Familia, a valorar las cosas y a reflexionar sobre los momentos en que se han sentido cerca de Dios, ya que son pequeñas transfiguraciones que acercan, redimen y renuevan el alma.

“En este día que estamos celebrando el Día de la Familia, el primer domingo de marzo, pedimos a Dios que nos dé esa gracia, esa bendición, fortaleza para transfigurarnos en el trabajo, empresa, oficina, campo, donde quiera que nos encontremos. El Señor nos invita a renovarnos, que el Señor nos dé la fortaleza, la paz y la gracia para poder transfigurarnos en Nuevos Cristos”, concluyó.