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Sección: Estado de Veracruz

El Servicio Profesional Docente tiene aspectos aberrantes, afirma Alberto Arnaut

El Investigador del COLMEX dijo que la evaluación magisterial busca someter a los profesores a la reforma educativa

Sara Atanasio Xalapa, Ver. 16/12/2015

alcalorpolitico.com

Alberto Arnaut Salgado, investigador del Colegio de México y especialista en la historia de los docentes en México, en burocracia educativa y sindicalismo magisterial, se dijo sorprendido de las acciones que han emprendido los maestros de Veracruz durante las últimas semanas frente a la evaluación; es una muestra de que “están vivos y tienen capacidad de respuesta frente a un servicio profesional docente que tiene aspectos aberrantes como es la evaluación del desempeño”.

Con respecto a la Evaluación del Desempeño Docente, el historiador hizo hincapié en que no evalúa el desempeño sino que trata de someter a los maestros a una clara muestra de poder e imposición que les dice “o se someten a la evaluación o se van”.

El especialista comentó que mucho se ha dicho con respecto a la aprobación de la reforma educativa, propuesta por el Gobierno Federal en el año 2012; aprobación que ha puesto de cabeza el sistema educativo en México y no sólo por la aprobación sino por el rechazo latente de sindicatos magisteriales, pero lo cierto es que a voces, tanto de docentes como de especialistas, se afirma que esta reforma tiene como fin única y exclusivamente someter de una forma aterrorizante a las maestras y maestros mexicanos.



Por lo anterior, Alberto Arnaut aseveró que el temor que el gobierno trata de sembrar no se lo merece ningún grupo profesional, razón por la que respalda los movimientos magisteriales que se han suscitado no sólo en Veracruz sino en varios estados de la República, ya que la reforma atenta contra la educación preescolar y la educación básica.

Una de las propuestas del historiador es analizar cómo salvar el Servicio Profesional Docente, reconociendo que no es necesario que desaparezca porque la finalidad de su creación fue para resolver problemas de ingreso, movilidad, permanencia y reconocimiento del magisterio de educación básica, pero aclaró que es necesario realizar un cambio “para deslindar mejor lo que compete a la autoridad educativa y lo que compete a la representación sindical”.

Criticó el Servicio Profesional Docente y afirmó que tiene aspectos “aberrantes” por los reactivos y dispositivos con los que cuenta para seleccionar a los docentes con más alta calificación dentro de las evaluaciones; sin embargo estos dispositivos utilizados “no son los mejores para seleccionar a los mejores (docentes)”, porque son: excluyentes; basados en un examen de opción múltiple intransitable y que no dice nada sobre las capacidades que puedan tener o no los docentes.



Otro aspecto del Servicio Profesional que criticó y que considera el más discutible es que la evaluación sea de carácter obligatorio y que sea uno de los factores principales para que el docente pierda o no su empleo; además, “distorsiona el modelo de formación continua plasmado en la Ley General de Educación”.

La ley también establece que es causal de despido en aquellos casos en que los docentes no se sometan al programa de regularización; que no tomen tutoría obligatoria aquellos que obtuvieron calificación baja en la evaluación… “eso es lo más aberrante”.

Afirmó que lo que ha funcionado en la educación superior es la evaluación optativa de aquellos docentes que aspiran a obtener una beca por investigación o que desean integrarse al Sistema Nacional de Investigadores o moverse dentro de las categorías para desempeñar la docencia a nivel superior.



La Evaluación del Desempeño no la realiza el aparato burocrático conformado por: el Instituto Nacional de la Evaluación de la Educación, la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente; en realidad la evaluación se realiza "de manera muy descentralizada por los propios pares de los académicos, las comisiones mixtas de ingreso a la Academia, las comisiones para evaluar, para el sistema de investigadores... En fin”.



Para finalizar, puntualizó que lo único que se puede realizar para salvar algo bueno que pueda tener el Servicio Profesional Docente es "que se haga una pausa, que se suspenda la evaluación del Servicio Profesional Docente para mejorar su diseño y eliminar los rasgos más discutibles y que de esa manera se impida que provoque efectos perversos no sólo sobre las condiciones de trabajo... Sino incluso sobre la calidad de la Educación Básica".