Se presenta de Monclova para el mundo, “sí siñor”, Susana Zabaleta, con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz, dirigida por Antonio Tornero.
La Sala Grande del Teatro del Estado llena hasta el tope, por un público atraído por una artista sui géneris, que ha sabido combinar su trabajo en el teatro, al lado de gente como la directora de culto Jesusa Rodríguez, pasando por películas como “Sexo, Pudor y Lágrimas”, de Antonio Serrano (con la que obtuvo el Ariel como mejor actriz), hasta las telenovelas nuestras de cada día, (en las que inevitablemente le dan roles de comehombres temibles) donde regularmente es dirigida por su maestro Benjamín Cann.
El toquín comenzó con la orquesta haciendo los honores a Chicago, composición de Leonard Bernstein, ideal para abrir boca y dar el perfecto preludio a la aparición zabaletiana enfundada en un laaargo vestido azul con cinturones en el pecho, que parecían sufrir en su dulce trabajo de contener el busto generoso de la de Coahuila, y fue entonces cuando empezó la soprano a deleitarnos con “Bésame mucho”, de Consuelito Velázquez, acompañada por el piano de la orquesta.
A continuación, la ovación del respectable; los hombres embobados con el talle y las piernas de la cantante y las mujeres con miradas envidiosas que las delataban- “uy qué flaca está”, “ni que fuera para tanto” y ellos: “está buenisima”.
Al percatarse de que los tenía en las manos, la malvada Susana comenta que, “al lugar que fueres, haz lo que vieres”, y que ella respeta mucho, para acto seguido sacar una de sus muy bien formadas piernas y mostrar una bella zapatilla ROJA, que desentonaba por completo con su vestido azulito. Después continuó el programa para culminar la primera parte con la clásica: “Contigo a la Distancia”, de César Portillo de la Luz y el intermedio aprovechado por todos para estirar piernas y cotorrear que en realidad “sí canta bonito, pero no le llega a su comadre Regina Orozco“.
Comienza la segunda parte con la Orquesta echando relajo al son del Mambo no. 5 del “cara é foca” Dámaso Pérez Prado, y además cantando al mismo tiempo “El Ruletero”, a continuación regresa la Zabaleta con otro atuendo que dejaba ver su muy lindo cuerpecito, y lo primero que empieza a decir es que le gusta caminar en las calles de las ciudades que visita para ver lo que la gente opina de los gobernantes y que al parecer los xalapeñitos quieren mucho al Góber, pero que ella no porque no lo conoce bien y no va a cometer la hipocresía de decir lo contrario sólo porque él está presente, y que no se vale que la hayan invitado después de 15 años, y que además el baño del camerino no tiene papel y la taza no tiene tapa y que ella no sabía aquí en Xalapa, pero que en el norte las mujeres no hacían de aguilita, ¡zas!.
Después de la sección de quejas, termina su participación con dos rolas de su comadre Liliana Felipe, y se despide enmedio de los alaridos de la audiencia que pide otra, mientras comentan: “¡qué vieja, los tiene bien azules!”. Regresa al encore y se revienta, de Nuevo: “Contigo a la Distancia”, no sin antes acusar a los de la Orquesta de no poder cantar otra porque no se atreven a tocar sin partitura y no ensayaron para acompañarla con otra diferente “asi es que ustedes disculparán”.
La gente se va contenta, esquivando cámaras y cables de la televisora local, “oiga joven disculpe, ¿cuándo lo pasan?”, pregunta una ruquita indiscreta, “mañana domingo, tres treinta de la tarde”, responde el aludido sin dejar de recoger su cable. Al otro día armados de palomitas nos sentamos en el sofá a presumir con los cuates que ahí estuvimos, en primera fila, casi casi viéndole los chones a la Susanita y… nada, no lo pasaron, mi cuate “el orejones” comprensivo, los disculpa, “de seguro hubo fallas técnicas , carnal”.