Es lógico que los concesionarios soliciten aumento a las tarifas, ellos también tienen problemas financieros

Mucho agradecemos los ciudadanos este vínculo directo con los lectores, ya que de esta manera nos permite participar democráticamente en los temas que nos preocupan, como por ejemplo la tan discutida y anunciada alza al precio del transporte público.

Todos los ciudadanos tenemos derecho a manifestarnos y a opinar al respecto, pero hay algo que como conciudadanos se nos olvida, y que es motivo de que el país presente atrasos en muchos aspectos; el ponernos en los zapatos de los demás y en ser justos.

Es obvio que el alza al precio del transporte no es un capricho de este gremio, sino que al subir escaladamente el precio de la gasolina, del diesel, del gas, de las refacciones, de las casetas de cobro, de los intereses al momento de obtener un crédito para las unidades de transporte, es lógico que los concesionarios lleguen a un punto de desesperación y soliciten este aumento, el cual ha sido mezquinamente negociado con autoridades que dizque "velan por el bien del pueblo", cuando son nuestros representantes populares quienes por avaricia y poder, negocian curules, votos y beneficios personales a cambio de autorizar aumentos a los combustibles, y luego se rasgan las vestiduras pretendiendo defender los intereses de la mayoría.

Debemos de entender que los choferes, concesionarios y prestadores de servicios también necesitan comer, también mandan a sus hijos a la escuela, también pagan deudas, hipotecas y también se alimentan, por lo que no podemos negarles el derecho a reclamar mejores percepciones, así como lo hacen los maestros, a quienes se les aumentan los sueldos cada año, por ejemplo.

Lo que deberían hacer las autoridades es auditar a las sociedades cooperativas y a quienes mal administran al transporte público, ya que ellos son los primeros que lesionan a sus propios agremiados, negándoles beneficios, manteniendo mal las unidades y corrompiendo a este organismo, que tiene prestadores de servicio de buen nivel. No todo es malo en el transporte público.

Tomar las unidades por parte de los estudiantes es un delito y una irresponsabilidad; pedir que renuncien a las concesiones si no pueden es muy cómodo y mezquino, es como decir que si no te gusta tu trabajo, pues renuncia, total hay quien desea tu sueldo; como mexicanos debemos apoyarnos y entender que tenemos el mismo derecho a mejorar.

Soy hijo de un transportista y por ello sé de las apuraciones económicas que vive este gremio.

Mucho agradeceré que se omita ni nombre.

Gracias por la oportunidad de expresarme.