Evangélicos no discriminamos, es la palabra de Dios la que desaprueba matrimonios gay

Señor Director de alcalorpolitico.com:

Estamos a pocos días de que inicie la discusión de la Ley de sociedades de convivencia, es necesario aclarar ciertas ideas que no corresponden a la realidad, lo haré sin mencionar nombres, ni aludir a nadie para evitar confrontaciones inútiles.

Los evangélicos no somos homofóbicos ni discriminamos a nadie, tenemos una norma de conducta infalible que es la Biblia, en ella Dios revela su amor y su gracia mediante su Hijo Jesucristo, pero también manifiesta su aprobación o desaprobación hacia la conducta de los seres humanos, desde luego la conducta sexual no está exenta de este escrutinio divino, en la Biblia no existe aprobación para la convivencia íntima de personas del mismo sexo, hombre con hombre o mujer con mujer, no es la opinión de dirigentes religiosos, sino la palabra de Dios.



La propia Constitución Mexicana está influenciada por el pensamiento judeo-cristiano, pues a través de sus páginas habla sólo de hombres y mujeres que forman familias, dentro del matrimonio o unión libre heterosexual, habla de hijos como resultado de la procreación natural, etcétera. El artículo 30, B, II, habla de la nacionalidad mexicana por naturalización, pero sólo aplica a parejas heterosexuales; la mujer mexicana que se case con varón extranjero y el varón mexicano que se case con mujer extranjera; en cuanto a las leyes del IMSS y del ISSSTE sólo reconocen a parejas heterosexuales, ¿Cómo procederá la inscripción a los servicios médicos? ¿Quién percibirá el derecho a la lactancia o a la incapacidad por gravidez en parejas del mismo sexo?, en caso de fallecimiento ¿Quién es el viudo y quién la viuda, el concubino y la concubina?, la propuesta de ley de sociedades de convivencia es a todas luces anticonstitucional.

He mencionado tan sólo algunas inconsistencias de esta ley que, de aprobarse, vendrá a ser una pifia más de las que acostumbran darnos nuestros “representantes populares”, nosotros como evangélicos, con dicha ley o sin ella, seguiremos realizando nuestra tarea pastoral y evangelística hacia todas las personas, incluidas aquellas que actualmente se encuentran esclavizadas en la prisión de la homosexualidad, para restaurarlos con el evangelio y que los hombres sean verdaderos hombres y las mujeres verdaderas mujeres, pues para Dios no hay imposibles.

Gracias señor Director.
Atentamente



Carlos Othón Flores González

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