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Sección: Estado de Veracruz

Feligreses y sacerdotes de Orizaba recuerdan con cariño al Cardenal Sergio Obeso

Fue un privilegio que hace un año, él presidiera las fiestas de San Miguel Arcángel, dijeron

Lissette Hernández Orizaba, Ver. 12/08/2019

alcalorpolitico.com

Fieles de las parroquias de Orizaba, lamentaron la partida del Cardenal Sergio Obeso, pero dijeron recordarlo con mucho cariño pues siempre amó la zona donde ahora está ubicada la Diócesis orizabeña. Aseguraron que fue un privilegio que hace un año, en septiembre, él presidiera las fiestas del santo patrono de Orizaba, San Miguel Arcángel.

Recordaron que tras ser nombrado Cardenal, visitó al menos tres veces Orizaba; una de sus visitas fue al asilo Santa Isabel en donde presidió una misa para los ancianos que viven en esta casa de retiro, muchos de los cuales son abandonados por sus familias.

No olvidan que en la pasada fiesta de San Miguel Arcángel, Santo Patrono de la ciudad para los católicos, el cardenal presidió la misa. Parte de su discurso, indicaron, lo recuerdan con mucho cariño.



"No puedo olvidar cuando dijo que si su vida pudiera representarse como una composición musical, miraba a los bordes como el Señor la había adornado y sería una espléndida sinfonía, pero si ponía atención a su respuesta, apenas alcanzaría hacer un corrido nacional y que era culpa de él y no responsabilidad del Señor”, indicó un católico de la zona de Orizaba.

De hecho, en septiembre de 2018 resaltó que estaba en el ocaso de su vida y probablemente pronto iba ser llamado a la presencia de Todopoderoso. "Ahora, cuando el sol está por ocultarse me viene la maña de sumar todos esos años para descubrir y es lo que confieso ahora ante todos ustedes, queridos amigos y amigas, que todos estos años he recibido una espléndida paga del Señor”, exclamó hace un año en la Catedral San Miguel Arcángel.

Incluso sacerdotes que fueron muy allegados a él cuando estaban en su formación sacerdotal recuerdan que don Sergio Obeso les dijo que al estar próximos a salir del seminario, debían ser colaboradores en la Iglesia sin pensar en sus deseos como persona y que tenían que mostrar disponibilidad.



"Recuerdo en 1998, que don Sergio me llamó para proponerme ir a la parroquia de Tehuipango y él le dio muchas vueltas para decirme que fuera allá, pero sin pensarlo le dije que me enviara a donde fuera ayudar", indicó el padre Marcos Palacios, quien recuerda con mucho cariño al cardenal.

Dijo que de Don Sergio le quedó muy bien grabado en el corazón que los presbíteros deben ser obedientes a sus superiores, pues al llamado para el servicio de Cristo no tiene espera ni pretextos para no ir.