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Sección: Estado de Veracruz

Festival Veracruz. Escena Contemporánea 2019

Sabino Cruz V. Xalapa, Ver. 12/11/2019

alcalorpolitico.com

Si eres de Xalapa y los alrededores, mi paciente y condescendiente lector(a) te preguntarás por qué no he escrito sobre el Festival Veracruz. Escena Contemporánea 2019, que desde el 8 de noviembre y hasta el 14 del mismo mes y año que corre, se lleva a cabo en el Teatro del Estado por iniciativa del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC); sobre todo habiendo inconformidad manifiesta a través de las Redes Sociales de creadores, intérpretes, ejecutantes y gestores. Te aseguro que la noche misma después de la inauguración, borroneé algo, pero la prudencia me obligó a ser mesurado y darles a los organizadores, el beneficio de la duda. A tres días que concluya el evento, me parece que ya es tiempo de dar un punto de vista.

Cuestionado —me parece con justa razón, por la comunidad creativa de la ciudad capital y de otros municipios— por la selección de las obras, el presupuesto destinado y la actitud de los funcionarios del IVEC, encabezado por Silvia Alejandre Prado. Reconozco que el Festival es un “buen” intento por mostrar a los nativos “provincianos”, lo último de lo último en materia de abordaje escénico de otras latitudes, preponderantemente la ciudad de México y por supuesto Sonora, cuna, bastión y paladín de la danza escénica contemporánea. Perdona por usar tantos adjetivos, pero extrañamente hay épocas en que los ojos de un funcionario sólo ven “pa'l norte”.

Y sí te digo que reconozco el intento/esfuerzo por mostrar a la culta ciudad capital de los veracruzanos lo que en otras ciudades y países se hace, es porque del coctel de propuestas escénicas que hasta ahora he visto, hay salvedades: Lutz Forster, ex bailarín de Pina Bauch, quien desde 2009 da testimonio de su paso por la danza y la deuda creativa/pedagógica/artística con la Tanztheater Wuppertal de Pina Bauch; Tembembe Ensamble Continuo de Colombia/México y la propuesta de ensamblar la música barroca española y los sones de la tierra, prueba fehaciente que tradición y modernidad son capaces de cohabitar un mismo espacio y tiempo; Música por la paz desde el Norte de la India de Subhranil Sarkar, virtuoso de la Sitar, que hizo alarde del dominio del instrumento e improvisación.



Fuera de eso y perdón por el mal viaje, pero los montajes traídos, también extrañamente, sólo de la ciudad de México, además de dar la impresión de ser un trabajo para titulación de los estudiantes de la Escuela Nacional de Teatro, sermonear desde el púlpito, en este caso el escenario, por no ayudar/comprender a “los pobres inditos” que de tiempo inmemoriales reciben una educación monocultural y monolítico; que nos demos cuenta de las relaciones tóxicas entre padres, amores sáficos de la adolescencia, las traiciones entre hermanos, las verdades que no se dicen en una relación, la ausencia de figura autoritaria en las nuevas generaciones, que entendamos porque una indocumentada polaca va ser deportada, me parece bien, pero eso a dónde nos lleva tanto brinco escénico; qué quieren decirnos con la representación de padres Amaro, Safos trasnochadas, ladrones de identidades y toda clase se parafernalia visual.

Te aclaro mi amado, condescendiente y paciente lector(a) que no me opongo que se realicen Festivales en Xalapa, que se invite a notables y connotados magister de la escena y que se reconozca su trayectoria. ¡¡Nada de eso!! Siempre y cuando, los doscientos once municipios del Estado también disfruten del mismo beneficio, que las propuestas de los creadores de las más apartadas localidades se presenten en los mejores escenarios del país, tengan canales de difusión y comercialización de su obra. Que se promueva, desde lo local eventos a nivel global; que no se caiga como vulgarmente se dice, en candil de la calle y oscuridad de la casa.



Permite mi bien amado lector(a) te ponga en contexto por lo arriba escrito, pues considero necesario aclararte y aclararle a la burocracia cultural del Estado, que de colonialismos imperialistas están cansados los artistas y creadores “de provincia”; que, de favoritismos, amiguismos, fobias y filias de mediocres funcionarios estamos hartos; que la miopía, ostracismo y mesianismos culturales de esta administración ya está rayando en la estulticia.

El punto es que no se justifica un evento de esta envergadura, sin el fortalecimiento, promoción y comercialización del arte local. No se acepta, por muy buenos que sean los artistas foráneos, si no hay igualdad de apoyos para creadores o grupos artísticos de los doscientos doce municipios del Estado. Ningún encumbrado funcionario cultural le asiste el derecho de invocar un reglamento, acuerdo, ley o decreto justificando una atribución para convocar/invitar a quien le venga en gana, apoyándose en la curaduría de un mismo empleado del Instituto. (Guadalupe Barrientos López, subdirectora de investigación e Investigación / Mauricio Jiménez, director del Teatro del Estado, respectivamente).

Por otro lado, la funcionaria que apoya su decisión de hacer un Festival a gusto y contento de los cuates, olvida, o ignora, que no está entre sus facultades organizar Festivales. (Reglamento Interno del IVEC, Art. 25, Fracciones I al XXI, GO 09/06/2016) y que la creación/formación de público para las artes escénicas, no se consigue con Festivales anuales, muchos de los cuales no pasan de la primera o segunda emisión, por muy gratuito que sean. Señoras y señores funcionarios culturales, sólo con el trabajo continuo de los creadores, intérpretes y ejecutantes locales, es como se consolida/fortalece el gusto y la demanda por algún producto simbólico subjetivado.



Nunca, desde el origen de los tiempos, señora Silvia Alejandre Prado y demás huestes del IVEC, con reconocimientos aislados “al mérito artístico” se fortalece la creación del arte y la cultura de Veracruz. El arte y la cultura tienen su origen y fortaleza en mujeres y hombres, que desde diferentes trincheras y escenarios forjan el alma del niño, adolescente, joven y adulto de este país. Artistas, que con su ser y hace, esculpen el perfil del hombre y la mujer de bien. Visibilizar su trabajo es un acto justo que usted y los suyos aún no han realizado.