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Sección: Estado de Veracruz

Funcionarios de seguridad del país asustan porque son tontos e ignorantes: Alberto Olvera

- Incapacidad institucional del Estado es casi inconcebible, entonces otorgarles la capacidad de planear, es darles la inteligencia que no tienen

- La militarización conduce a que nadie tenga derechos y México vive un estado de sitio, de facto

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 16/10/2014

alcalorpolitico.com

Alberto Olvera Rivera, investigador de tiempo completo de la Universidad Veracruzana y miembro de la Junta de Gobierno de la institución, opinó que los funcionarios de seguridad del Estado Mexicano asustan, no porque puedan empujar la violencia, sino porque son tontos e ignorantes.

Al referir el artículo “La militarización neoliberal de la seguridad y la guerra contra el narcotráfico en México” de Arsinoé Orihuela Ochoa, incluido en la Revista Clivajes, revista digital de Ciencias Sociales que edita el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Casa de Estudios; opinó que la situación que vive hoy el país es casi de un estado de excepción declarado.

Consideró que la militarización en efecto conduce a que nadie tenga derechos y México vive un estado de sitio de facto en amplias regiones del país y por otro lado, no se puede ignorar que dicho modo particular de militarización no es un ejercicio programado, planeado de control político.



Por ello, es importante entender que se trata de una respuesta desesperada de un Estado incapaz de mantener el monopolio de la violencia.

Son dos cosas distintas y es importante entender la peculiaridad, es decir, la forma de militarización de la seguridad.

De otra forma, dijo Olvera, se le otorga al Estado una inteligencia de la cual carece y es que si se habla con los funcionarios de seguridad del Estado Mexicano, lo que asusta no es que ellos puedan empujar la violencia, sino que son tontos e ignorantes.



“La incapacidad institucional del Estado es casi inconcebible, entonces otorgarles a esos funcionarios ignorantes e incompetentes la capacidad de planear, cranear, una forma de control político masivo, es otorgarles una inteligencia que no tienen”, consideró.

Lo que se ve entonces, es más bien una reacción desesperada de un Estado que no puede mantener el monopolio del poder, frente a formas de poder privados como lo son los grupos delincuenciales y que además, tienen la capacidad de colonizar el Estado mismo, a los gobiernos locales y estatales mediante la compra sistemática de voluntades.

“Estamos frente a la debilidad del Estado, no frente a la fuerza, esa es una condición estructural de nuestro presente”, opinó.



Por otra parte, al hablar sobre el artículo de Óscar Lagunes “Los derechos humanos en el escenario de la globalización actual”, definió que México es un lugar de producción y tránsito de droga contiguo al principal mercado mundial de la droga.

Esta condición de México hace que el asunto de la droga, vista la globalización en su conjunto, resulte de fundamental importancia y en ese sentido es afortunado que en la Revista haya reseñas de tres libros (“Cero, Cero, Cero, cómo la cocaína gobierna el mundo”, “Necropolítica, violencia y excepción en América Latina” e “Historia del narcotráfico en México”) que ayudan a entender la dinámica del fenómeno.

Y es que consideró que en nuestro país no hemos terminado de entender la centralidad del mercado de las drogas y su funcionamiento.



Opinó también que el problema de los derechos humanos en México hoy es peor que el que implicó la guerra civil en Perú, del Sendero Luminoso.

Expuso que nuestro país está apenas reconociendo la magnitud y sentido de la brutal crisis que México ha vivido durante 10 años a través del sacrificio intolerable y absurdo de los normalistas de Ayotzinapa.

Decir que el Estado Mexicano es omiso parece ser una redundancia, pues lo es omiso en todo, no sólo en materia de defensa del derecho a la vida, es omiso en la defensa de todos los derechos humanos, comentó el miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.