Gobierno Federal no persigue a Enrique Ramos como Gómez Urrutia

Tras acusar al Gobierno Federal de lanzar una cortina de humo con la persecución contra el líder de los sindicatos mineros, Napoleón Gómez Urrutia para ocultar la negligencia del Secretario del Trabajo en la aplicación de la ley laboral, Jorge González Rojas, denunció que no pasa lo mismo con el dirigente de los trabajadores azucareros, Enrique Ramos Rodríguez, quien también es acusado por desviar en su beneficio cantidades millonarias de sus agremiados.

El integrante de la Coordinadora Estatal del Partido del Trabajo en Veracruz, recordó que Enrique Ramos Rodríguez, hoy diputado federal y uno de los precandidatos al senado de Veracruz por la Alianza por México, saqueó las arcas del sindicato quiere vender un terreno que cedió el dueño del ingenio Oacalco, en Yautepec Morelos, Agustín Sáenz Muñoz, el 13 de diciembre de 1990, con un valor de mil millones de pesos para saldar la deuda que tenía con los 13 fideicomisos de vivienda, becas y jubilaciones a sus trabajadores.

Esta acusación radicada en la PGR con el número 1378/FESPLE/2001 y 235/FESPLE/2002, no le dan tanta celeridad como la del líder de los mineros a pesar de que se interpusieron casi al inicio del sexenio de Vicente Fox y sus eficientes procuradores no han podido actuar de la misma manera, como también lo hicieron cuando intentaban desaforar a quien fuera Jefe de Gobierno en el DF.

González Rojas dijo que se sabe también que el legislador federal vendió los motores de 8 camiones para su empresa turística Miya SA de CV que también eran propiedad del ingenio azucarero de Oacalco para beneficiar a la empresa de autotransportes de Orizaba-Río Blanco y Nogales propiedad Tomás Bernabé Torres Martínez y del que ahora son socios su esposa e hijos.

Por último, el petista recalcó el doble discurso del Gobierno Federal toda vez que no quiere ir a fondo en la aplicación de la ley contra su Secretario de Trabajo, porque alcanzaría al de Gobierno Carlos Abascal Carranza, quien en su momento no aplicó la ley laboral en contra de las compañías mineras y por eso murieron los obreros en Pasta de Conchos.