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Sección: Estado de Veracruz

Iglesia Ecuménica ordena a dos nuevos sacerdotes para Veracruz

- Diáconos recibieron orden sacerdotal del Arzobispo de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica

- La iglesia ya cuenta con Primado, Obispo, 22 sacerdotes, 4 diáconos y 10 seminaristas

Miguel Valera Amatlán de Los Reyes, Ver. 30/12/2020

alcalorpolitico.com


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“No tengan miedo. El señor está con ustedes. Apreciados hijos Ramón y Anastasio, la Iglesia Ecuménica que camina bajo la dirección de nuestro Señor y que dignamente me toca conducir se mostró solícita en recibirlos, porque considera que han llegado a la madurez vocacional necesaria para empezar el servicio ministerial”, así lo expresó monseñor Isidoro Abad Olivares, arzobispo titular de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, al conferir el orden sacerdotal a estos dos diáconos veracruzanos.

Fundada en 2013 por un grupo de sacerdotes y laicos deseosos de una iglesia más cercana a la gente, con mayor vocación de servicio y sobre todo más inclusiva, la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo se erigió como Arquidiócesis de México el 27 de septiembre de 2019 y al cierre del 2020, cuenta ya con un primado, un obispo, 22 sacerdotes, 4 diáconos y 10 seminaristas, con presencia en 10 Estados de la República, como Baja California, Oaxaca, Estado de México, Veracruz, Puebla e Hidalgo, entre otros.

Con una gran actividad en el estado de Veracruz, el pasado 25 de octubre de 2020, monseñor Abad ordenó al diácono Moisés Hernández Sánchez, de Rafael Delgado, para servir a esta región de las Altas Montañas.



Ordenado obispo en Chile, como parte de la Iglesia Católica Apostólica Ecuménica que a su vez viene de la línea sucesoria de la Iglesia Católica Nacional Brasileña, que fue fundada por monseñor Carlos Duarte, en 1948, monseñor Abad defiende la validez del orden episcopal que posee y explica que la gran diferencia que tienen con la Iglesia Católica, Apostólica, Romana es que aquí caben todos.

“Somos una iglesia de inclusión. El ecumenismo va de la mano de la inclusión. Aquí no hay exclusión. Aquí todos son bienvenidos. Aquí si quieres acercarte a los sacramentos eres bienvenido. Te invitamos a recibir el sacramento del matrimonio pero el no hacerlo no te impide participar de los mismos. A los laicos los motivamos a participar en la formación de la fe, a un crecimiento pero la decisión es tuya, la decisión es de Dios contigo y esa es personal pero yo como obispo, como sacerdote, como iglesia, no te puedo condenar a no acercarte a los sacramentos, porque no llevas a cabo aquello que se ha vuelto una legalidad”.

En un rancho del señor Sergio Ortiz de la comunidad de La Toma, municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz, el pasado domingo 27 de diciembre de 2020, monseñor Abad confirió el orden sacerdotal a los diáconos Ramón Enrique Cárdenas Tejeda y Anastasio Ponce Vidaña.



“Ustedes dos –les dijo- han seguido caminos diversos, cada uno con su historia singular, hasta que el Señor, cuando quiso y convino, los situó en esta nuestra amada Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica Siervos del Espíritu Santo, que en estos dos últimos años se ha convertido para ellos en un tiempo y lugar de íntimo ajuste entre sus vidas y la de Jesucristo. Y hoy están aquí Ramón y Anastasio, entre ilusionados y temerosos, dispuestos a aceptar todo lo que va a suceder con la gracia del señor en el rito de la ordenación”, aseveró.

“El destino de su vida ministerial, el del servicio al pueblo de Dios, los obliga a partir de ahora a ser para los otros. Tras su consagración sacramental todo en ustedes será ya para siempre servicio desde el corazón de Dios. Serán pastores según su corazón, cuiden mucho de que su servicio ministerial nunca pierda la dirección de Dios, que siempre apunta al corazón del hombre. La misión no se basa en ideas ni en comunidades, sino que parte del corazón y se dirige al corazón”, expresó ante familiares y amigos de los nuevos sacerdotes.

“Sean hombres de Dios, apuntalen su vida en Dios, conscientes de que Él es la única riqueza, que las personas desean encontrar en un sacerdote. A la gente le da lo mismo que si somos altos o más bajos, más listos o más torpes, más guapos o más feos; lo que la gente quiere de nosotros es que seamos hombres de Dios”, les dijo, antes de imponerles las manos y recitar la oración consecratoria.