El obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, exhortó a los fieles que así como colocaron luces que adornan su casa, busquen que la luz del niño de Belén, ilumine sus vidas y sus almas para dejar atras la maldad, el rencor, el dolor, el odio.
"Que no falte el amor, el perdón, la alegría; los arreglos exteriores están bien, ayudan, pero vamos a buscar que en el interior de nosotros, de nuestra familia, sea iluminado. Vamos a acoger al Salvador en esta fecha especialmente y siempre".
Añadió que vamos caminando, por decirlo así de una manera coloquial, en la recta final del adviento, pues está a la puerta prácticamente la celebración de la Navidad. "Que Dios nos fortalezca en ese camino de fe y de esperanza, que la luz del Señor brille en nosotros con mayor intensidad".
Pidió a los catolicos no olvidar que Jesús es mostrado es su palabra, en la oración, pero también debe serlo en las actitudes de amor y caridad entre nosotros.