Legalmente podría proceder el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en contra de más de 400 comerciantes instalados en afueras de la zona arqueológica de El Tajín, tras usar medida de presión este martes con evitar acceso a turistas y provocar pérdidas económicas, molestos por colocarse un portón que proporcionaría seguridad.
Desde esta mañana, los vendedores fijos que ofrecen productos artesanales en El Tajín se unieron para bloquear acceso principal de la joya arqueológica más importante de la cultura totonaca.
Las consignas fueron dirigidas para la directora del centro ceremonial, Guadalupe Espinosa Rodríguez, en tanto, durante este día se evitó el ingreso de un promedio de 500 visitantes, que en consecuencia provocó perdidas económicas para el patrimonio cultural.
De acuerdo con autoridades de la zona arqueológica, la inconformidad surge al iniciar trabajos para instalación de un cerco de seguridad para evitar hechos frecuentes registrados en horario nocturno cuando extraños ingresen por las noches al centro ceremonial e incurran en anomalías.
El objetivo es intensificar la vigilancia ya que cuentan con poco personal para ejecutar, por ello el administrador del INAH en zona arqueológica, Leodegario Santes García, argumenta que los 400 manifestantes fueron desinformados.
El resguardo en el acceso permaneció hasta las dos de la tarde, las pérdidas -aseguró- son millonarias. Por ello, es probable que este miércoles se interponga denuncia ante ministerio público tras daños provocados por integrantes de diez organizaciones de comerciantes «ambulantes».