Debido a la conducta, el contexto y las causas en torno a cada homicidio; un elemento de un cartel delictivo difícilmente puede catalogarse como un "asesino en serie", aun cuando ejecute a 10 o 20 personas; observó la especialista en Criminología, perito judicial en investigación criminal, Lucia Bort Lorenzo.
En entrevista, la investigadora española, egresada de la Universidad de Valencia; sostuvo que "el asesino en serie es totalmente distinto de la matanza en una organización criminal. Si una persona está inmersa en una organización criminal puede matar a sesenta individuos pero no sería un asesino en serie".
"Un asesino en serie debe cumplir con unas características determinadas, entre ellas ser una o dos personas como máximo; definida como una pareja criminal, y entre asesinato y asesinato, siempre existe un periodo de enfriamiento emocional, durante el cual la persona no mata" abundó.
En este lapso de "enfriamiento" el homicida puede calcular su siguiente golpe, mientras que en un cartel los asesinos realizan sus actos por venganza, por demostrar su poder, intimidar a sus rivales, ajuste de cuentas o por ánimo de lucro.
"Es importante que la gente sepa que dentro de una organización criminal aunque se mate a cien personas no se puede considerar a un asesino en serie", aclaró.
Bort Lorenzo junto con su colega, la perito Mónica Ballester González presentaron la conferencia "Asesinos en serie", en el Centro Recreativo Xalapeño, en donde abordaron y sobre todo explicaron, los distintos perfiles de los homicidas seriales, considerados por la cultura popular como una atracción cercana al morbo o incluso la devoción.
"Tanto en México como en España surge una nueva teoría y está actualmente seguimos: a un delincuente se le puede considerar un asesino en serie cuando mata a dos o más víctimas y no tres o más, porque se puede establecer un patrón de este criminal", citó Lucía Bort.
Entre las asesinas o asesinos mexicanos en serie más conocidos, la investigadora resaltó el popular caso de Las Ponquiachis; inmortalizadas gracias a la nota roja, y a partir de este ejemplo, la investigadora sostiene la pauta de que a pesar de sus actos, el público convierte a los asesinos en serie en mitos, por medio de la difusión en los medios.
"Las Ponquianchis son conocidas en México y en España no, pero también se conocen, pero tanta información... una sobreinformación al final, los asesinos se convierten en mitos. Y esto es lo que ellos quieren" apuntó.
Pero aparte de Las Poquianchis, entre los asesinos en serie de México sobresale José Luis Calva Zepeda, conocido por sus méritos con el sobrenombre de El Caníbal de la Guerrero.
"Y lo escogí porque me parece que en medios de comunicación se trató de una manera espectacular con un seguimiento a lo largo de tres meses, de su detención, de cuando se escapó, salieron las dos fotos de las víctimas que eran sus dos novias y que fueron descuartizadas y le asignaron víctimas por error, tuvo una muerte dudosa en prisión" narró.
Fue el caso del Caníbal le atrajo a Lucía Bort por sus múltiples enfoques desde la ciencia criminal, y en la nota roja de los diarios mexicanos fue el día a día en la nota roja.
"Desde un punto de vista desde la vida mexicana habrá otros que digas 'wow', pero sin duda el de Calva es ese. Es extraordinario desde el punto de vista del estudio, no de que esté bien", expresó.