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Sección: Estado de Veracruz

Las palabras de la ley

La cultura de la paz nueva

Salvador Martínez y Martínez Xalapa, Ver. 26/11/2025

alcalorpolitico.com

Leímos en Internet que la cultura de la paz es un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que promueven la resolución pacífica de conflictos y el respeto por los derechos humanos.

Con mayor detalle aquella nota explica que la cultura de la paz consiste en promover una serie de valores, actitudes y comportamientos, que rechazan la violencia y previenen los conflictos. Tratan de solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación de la obligación entre las personas y las naciones, teniendo en cuenta un punto muy importante que son los derechos, respetándolos e incluyéndolos en esos tratados. Esta [La Cultura de la paz] fue definida por resolución de la ONU, siendo aprobada por la Organización de las Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999 en el Quincuagésimo tercer periodo de sesiones.

Durante el año 2000, Antonio Beristain Ipiña, Catedrático Emérito de Derecho Penal. Fundador y director del Instituto Vasco de Criminología, visitó México y, en tal ocasión, también llegó a Xalapa, Veracruz. Dictó conferencias para la entonces Procuraduría General del Estado de Veracruz y para la Universidad Veracruzana. Aceptó asistir al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la propia Casa de Estudios, se nos permitió estar en esa reunión siendo docente, pero no integrante del cuerpo de investigadores del citado Instituto.



El presente escrito se compone por el comentario a un párrafo del libro titulado Protagonismo de las víctimas de hoy y mañana (Evolución en el campo jurídico penal, prisional y ético).

Dicho párrafo es el siguiente:

“El hombre, el zoon politicon, el animal político. -a diferencia de los demás primates- no está predeterminado genéticamente a dar respuestas concretas ante cada paso que avanza en su vida cotidiana. La especie humana está pergeñada con una carencia de programación, con una estructura inconclusa de las tendencias o “ferencias” que la posibilita a tener preferencias, o la condena a elegir preferencias en cada momento de su cotidianidad, en todos sus actos humanos, que no sean meros actos del hombre. La ciencia y arte que estudia este nuestro estar condenados a ser libres y a elegir entre comportamiento humano o animal, feliz o desgraciado, se llama ETICA. De ella deseamos comentar ahora su definición, su novedad, su necesidad, sus límites, así como sus relaciones con las ciencias y técnicas (sin olvidar la Victimología) que nos capacitan para fomentar una justicia restaurativa creadora de la paz sin terrorismo.”



Distinguimos en este texto tres elementos:

1.- La piedra angular de su libro: el hombre (entendido como género, es decir comprendiendo a la mujer y al hombre), el zoon politicon que Beristain diferencia de los primates.

2. Nuestro autor también diferencia los actos humanos de los actos del hombre. Actos humanos: Son aquellos realizados con plena conciencia y de liberación, donde intervienen la inteligencia y voluntad del individuo. Actos del hombre: Son respuestas automáticas o impulsivas, sin la intervención consciente o deliberada. En resumen, los actos humanos son expresiones de libertad y responsabilidad, mientras que los actos del hombre son más bien involuntarios.



3.- El tercer elemento del párrafo en comento es una admirable síntesis del proyecto de su libro. Vale la pena la repetición: “La ciencia y arte que estudia este nuestro este nuestro estar condenados a ser libres y elegir entre comportamiento humano o animal, feliz o desgraciado, se llama ÉTICA. De ella deseamos comentar ahora su definición, su novedad, su necesidad, sus límites, así como sus relaciones con las ciencias y técnicas (sin olvidar la Victimología) que nos capacitan para fomentar una justicia restaurativa creadora de la paz sin terrorismo”.

Y, en una frase, se presenta el núcleo de nuestro comentario de hoy: capacitarnos para fomentar una justicia restaurativa creadora de la paz sin terrorismo.

Los términos caros para Antonio Beristain, el recordado Maestro español, son tres: justicia restaurativa, creadora de la paz nueva, sin terrorismo. Hoy centramos la atención en la creación de la paz, porque es aquella que está reclamando México, pero advertimos con Beristain que no se trata únicamente de exigir la paz tradicional (No guerra), sino de la paz integral (exterior e interior).



Una paz nueva que debemos crear basada en la ética. Antonio Beristain Ipiña lo aclara: “Podemos definir la ética, en general, como la ciencia que estudia sistemáticamente el conjunto de las conductas y normas sociales, las convicciones, los valores y los comportamientos humanos, acerca del bien y del mal de las personas.”

No podemos concluir este escrito sin recordar a Pierre Teilhard de Chardin, el gran Maestro de Antonio Beristain. Teilhard de Chardin alguna vez escribió: “Debemos luchar con todas nuestras fuerzas contra la muerte, pues ese es nuestro deber esencial de vivientes.”

En aquella reunión en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana, Beristain solicitó que se calificaran sus ideas. Los investigadores de profesión mujeres y hombres prudentes guardaron silencio. Pero, levantamos la voz para decirle al Maestro: Derecho Natural. Antonio Beristain protestó enérgicamente: ¡NO! Esto es otra cosa...



Y, guardamos silencio, pensando ¡Derecho nuevo!

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