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Universidad Anahuac

Sección: V?a Correo Electr?nico

Los hijos son la justificación de nuestro paso por este mundo

Joaqu?n Alc?ntara Hern?ndez Coatepec, Ver. 06/01/2016

alcalorpolitico.com

Degustábamos un aromático y humeante café por las céntricas calles de Coatepec con unas amistades que vinieron a pasar por estos rumbos la despedida del año que se fue. Temas diversos eran el coctel de nuestra charla cuando unos niños llegaron a cantar con la tradicional rama. Alegremente con guitarras y bien entonados repartían sonrisas que aún son parte del tesoro de su inocencia. Luego esos niños partieron a proseguir cantando solicitando unas monedas. Fue entonces que un visitante abordó el tema sobre aquellas parejas que no han podido tener hijos. Y sobre otras que irresponsablemente los abandonan a su suerte.

Vino a mi mente entonces el reportaje que días antes había visto en la televisión. Decían que cuando se desea tener hijos pero 'biológicamente' no es posible, ahora la ciencia ha avanzado y ya es posible. Así lo asegura el Instituto Ingenes; afirma que sí hay solución. Que el doctor Nicolás Kameyama tiene toda le experiencia para resolver ese 'problema'. O sea, que no es problema.

Muchas evidencias y testimonios personales presentaron en ese reportaje. Y compartimos esos datos en el Facebook para quienes tuvieran interés o para algún conocido: 01 800 600 4600. Ingenes: Instituto de Infertilidad y Genética.



El caso es que a raíz de compartir esa información varios contactos empezaron a dar sus puntos de vista. En lo personal me agradaron los comentarios inclinados a la adopción de esos infantes que en los orfanatos esperan a parejas libres de prejuicios que toman esa acertada decisión. Porque además los hijos, nos darán a los padres muchas lecciones necesarias para aprender de la vida lo que no está escrito en ningún libro.



Pero además, esa opción de adoptar a niños sin padres es loable y admirable no solo ante los ojos humanos, sino para los creyentes ante los ojos de quién nos ha prestado la vida. Y es que adoptar a niños sin padres es también una acción de amor y nobleza que dignifica la raza humana. Incluso hay parejas que han adoptado a más de uno y cual bendición del cielo no les falta qué comer y esas parejas viven enormemente dichosas. Adoptar, pues, es una obra digna de ser vista por los ojos de Dios.



Lo que pasa es que muchas veces no logramos crecer internamente. Entonces vivimos atados a códigos establecidos por la cultura de las apariencias. Vivimos reprimidos y a la vez entorpecidos y trabados por el ‘qué pensarán’; ‘qué dirán’… sin darnos cuenta que el tiempo sigue volando y que en esas estériles condiciones nuestra vida se pasa sin chiste ni pena ni gloria. Me reservo el nombre por razones obvias de una pareja amiga que hoy bendice aquel día que adoptaron en diferente fecha a dos bebés. Ya viejos ahora disfrutan la compañía y el calor humano de esa familia con hijos y nietos que supieron conformar.



Esto tiene una sencilla explicación. Resulta que en el conjunto de leyes supremas -no necesariamente escritas- que rigen la conducta humana, existe la ‘ley del bumerang’, es decir, todo lo que hagas tarde o temprano regresará con su factura y sus ‘intereses’ a cobrar o a pagar lo que hayas hecho o lo que hayas dado.



Esta experiencia de dar, es la que les hace falta a muchas parejas que, por egoístas e inmaduras no adoptan a infantes que lo necesitan... ahí las vemos ahogándose en su mar de amargura y frustración… Si supieran la felicidad que esos niños proporcionan en los hogares que los adoptan no lo pensarían dos veces... sería también su mejor ‘Regalo de Reyes’ que no necesariamente debe ser el 6 de Enero.

Por ahora solo nos resta desear en este año 2016 que esta empezando, que se reacomode la brújula de nuestra existencia para corregir nuestros errores, o para reforzar nuestras convicciones si éstas son para bien de la humanidad y de nosotros mismos.



Y como nos tocó por buena suerte vivir en este México hermoso e invencible que se tambalea pero no se derrumba, con nuestra fe inquebrantable gritamos hoy como siempre, ¡¡VIVA MÉXICO SEÑORES! , Ajuuuaaaaaaa.