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Sección: Estado de Veracruz

Niños quedan “huérfanos” durante divorcios; sistema judicial los ignora

- Procesos lentos y rencor entre padres los deja “prácticamente en la orfandad”: Fundación Nunca Jamás

- Juzgados no los toman en cuenta, podrían resolver convivencia de inmediato

- Hay jueces, psicólogos y trabajadores sociales corruptos, advierte empresario Antonio Selem

Xalapa, Ver. 20/11/2019

alcalorpolitico.com


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En Veracruz se registran alrededor de 4 mil divorcios al año —de los cuales el 90 por ciento son litigiosos— y esto significa que cuando menos, 8 mil niños por año están en medio de conflictos que les causan una gran zozobra e inestabilidad emocional, así lo asegura Antonio Selem Hurtado de Mendoza, presidente de la Fundación Nunca Jamás.

En entrevista, el empresario con estudios en Harvard, Instituto Tecnológico de Massachusetts, Escuela de Negocios de Londres y Complutense de Madrid, pone el dedo en la llaga de un drama que él ha vivido en carne propia con sus dos hijas, hijas de madres diferentes y con procesos de separación diferentes que le han hecho conocer de cerca la alienación parental y los actores de estos procesos, contrarios al interés superior del menor.

Por ello, acota, “es muy importante que el Estado preste mayor atención” a esta problemática que daña emocionalmente a la niñez veracruzana.



“Los juzgados familiares están saturados y un juicio promedio, para dirimir la custodia, no toma un plazo menor a 5 años. Imagínate, ante la eventualidad de un divorcio y ante la situación de tener a un hijo en una diferencia que termina en un divorcio. En algunos casos, los menores no ven a alguno de los padres hasta los 18 años, cuando termina el proceso de custodia y prácticamente se quedan en la orfandad”, refiere.

Fundación Nunca Jamás

La Fundación busca que “nunca jamás esté un solo niño sin convivir con uno de sus padres por capricho del otro” y por ello busca, sin ánimo de lucro, “ser voz y concientizar, en mayor grado, a la sociedad en general y a los poderes públicos en particular, de los efectos gravemente perniciosos y muchas veces irreversibles que causan en los hijos menores la animadversión, el rencor y a veces el odio, con que frecuentemente se relacionan los progenitores antes, durante y después de finalizar los procesos judiciales de la alta conflictividad familiar”.



Trabaja en la prevención y el tratamiento de situaciones de riesgo del menor durante los procesos de ruptura familiar, el maltrato psicológico infantil intrafamiliar.

“A través del desarrollo de iniciativas de apoyo y amparo al menor, nos orientamos en conseguir una infancia y adolescencia sanas que permitan la existencia de un adulto plenamente capaz”, indicó Selem Hurtado de Mendoza.

Comentó que, en muchos de los casos, el padre custodio no permite a los hijos a ejercer su derecho de convivir con el otro progenitor.



A esto se suma que los procesos legales son lentos y no toman en cuenta el interés superior del menor ya que si así fuera, los juzgados familiares resolverían de inmediato la convivencia para que no exista daño psicológico en los niños.

“Por ello debemos procurar todos, padres, familia, abogados, jueces, psicólogos, trabajadores sociales, que debe prevalecer el interés superior del menor y atender de inmediato las insuficiencias e inequidades que hacen de estos litigios un verdadero martirio para las familias y causan daños irreversibles en los menores, haciéndolos víctimas y suprimiendo su sano desarrollo psicoemocional, que repercutirá en su futura vida adulta”, asevera.

Antonio Selem Hurtado de Mendoza pone a disposición de xalapeños o veracruzanos el correo [email protected] en donde los interesados o las personas que atraviesen por una situación difícil por divorcio, reciban asesoría, atención y ayuda.



Convivencia con los padres, derecho de los menores

Al reiterar que hay muchos casos en que los niños transitan de la infancia a adultos, sin la presencia de uno de los padres, porque quien lo tiene en custodia, lo impide, Selem Hurtado de Mendoza argumenta que la convivencia es un derecho de los menores para su sano desarrollo.

“La alineación parental o manipulación parental son aquellas acciones llevadas a cabo por el padre custodio en contra de sus menores hijos al impedir que convivan con normalidad con el otro padre, a pesar de ser su derecho”.



“Es muy común que en los divorcios, cada uno de los padres asume sus posiciones y nos olvidamos por completo del interés del niño. El niño quiere seguir disfrutando de ambos padres, quiere seguir siendo feliz. ¡Paren el conflicto ya! Sería nuestro llamado”, indica.

“¿Qué padre que se precie de amar a sus hijos no permitiría que su hijo no viera al otro padre, si eso justamente le causa infelicidad? Yo creo que un padre que ame realmente a sus hijos no impediría la convivencia”, se pregunta y concluye el Presidente de la Fundación Nunca Jamás.

“Muchas veces uno de los padres utiliza a los hijos como arma, escudo o moneda de cambio para lograr venganzas o dinero. Y ¿qué culpa tienen los hijos?”, asevera.



“Estos hijos sufrirán de por vida el daño emocional de encontrarse entre la espada y la pared, lo que los pone en un serio conflicto de identidad y de autoestima, lo cual sin lugar a dudas replicarán en la edad adulta incrementando los casos de violencia, desesperanza, frustración que afectan a la sociedad y nos muestran su peor cara en el presente de miles de jóvenes”, puntualiza.

Alienación parental, cáncer silencioso

Añade que la alienación parental es un cáncer silencioso. Es un tema que no se ve, que no se observa. Muchos sabemos por familiares o amigos que existen estas situaciones, “pero no les ponemos la suficiente atención ni reflexionamos sobre el daño ya permanente que causa en la psicología de los niños”, indica.



“Es un cáncer silencioso que socava a la célula social básica que es la familia”, añade “y lastima profundamente a miles de jóvenes, al menos cien mil en la actualidad que pasan por este doloroso proceso, ante lo cual las autoridades creen hacer lo suficiente a partir de lo disponible, pero sólo quienes pasan o han pasado por estos procesos, que son muy dolorosos, sabemos que es un camino lleno de injusticias, donde hay corrupción, falta de preparación, ética y principios que afectan el interés del menor, usándolo como arma discursiva”.

Ante jueces corruptos y malos psicólogos

En la amplia exposición sobre este tema, insistió en que el camino judicial está lleno de injusticias y corrupción.



“Es cierto que, como en todas las instituciones y en todos los ámbitos de la vida, hay personas muy competentes, éticas y profesionales. Hay jueces impecables, hay servidores públicos de primera, magistrados impecables, trabajadores sociales esmerados y psicólogos acreditados. Hay mucha gente muy positiva. Abogados litigantes que tienen una sensibilidad social especial, pero es muy triste que, en muchos de los casos y el lado opuesto de la moneda, es que también existen en el Poder Judicial jueces corruptos, psicólogos corruptos y trabajadores sociales corruptos”.

Aseveró que hay que poner las quejas correspondientes y no quedarnos callados, porque ahí es donde vamos a defender el interés superior del menor. “Si nos quedamos callados vamos a ser cómplices de un sistema mediocre, obsoleto en muchos de los casos, porque la ley no está actualizada”.

La denuncia y queja ciudadana es la mejor arma para desenmascarar a malos servidores públicos y profesionales que lucran con el dolor de los niños. Tal es caso de abogados como María Esther Cazarín y Guillermo Leo en el puerto de Veracruz y de la juez décima de lo familiar Elizabeth Ramírez Salazar y sus cómplices psicólogos y trabajadores sociales de CECOFAM: “no tienen conocimiento del interés superior del menor ni les importa, sólo lucran con el dolor de las familias”. Esto hay que pararlo sin miedo a la denuncia, asienta.



“Es muy triste y vergonzoso ver cómo abogados sin escrúpulos, jueces, psicólogos, trabajadores sociales y hasta la familia del menor alienado actúan en pandilla para lucrar con la felicidad de los menores, provocando con sus acciones un secuestro de los menores y la extorsión al otro padre, a cambio de permitirles convivir. Esa es una realidad. Los niños acaban siendo rehenes de las pasiones de los padres. Eso no puede ser, porque acaban siendo objeto de negocios”, concluye.