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Sección: Estado de Veracruz

No dormir bien ocasiona sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares

- Un niño que duerme poco abona a ser un adulto obeso: Monserrat Melgarejo

- Dormir pocas horas produce disminución en la secreción de leptina, hormona de la saciedad, se incrementa el apetito y hay aumento de peso

- Se buscarán recursos del CONACYT para aplicar un estudio en alumnos de nuevo ingreso de la UV

Alicia Aguilar Guevara Xalapa, Ver. 21/03/2014

alcalorpolitico.com

El dormir pocas horas y además no tener un sueño de calidad, aumentan severamente las posibilidades de sufrir sobrepeso, obesidad, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares.

Mantener una inadecuada cantidad de sueño produce disminución en la secreción de leptina, hormona relacionada con la saciedad, y al no haber saciedad se incrementa el apetito y con esto se genera una ganancia de peso.

Se forman además altos niveles de cortisol y bajos niveles de insulina, lo que genera un riesgo de padecer diabetes tipo II y también una ganancia de peso.

Lo anterior fue explicado por Monserrat Melgarejo Gutiérrez, egresada del doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad Veracruzana, en su conferencia “La alteración del sueño y sus consecuencias sobre el metabolismo” impartida en la sala de videoconferencias de la USBI en el marco del 70 aniversario de la UV.

La interrogante de ¿Para qué dormimos?, tiene como respuesta el objetivo de almacenamiento de memoria y aprendizaje, el incremento en la síntesis de proteínas, se producen y liberan hormonas como la del crecimiento, se fortalece el sistema inmunológico, se restaura el cuerpo en general y al cerebro, además se da mantenimiento de plasticidad cerebral.

La Investigadora explicó que la cantidad de horas que cada persona necesita dormir es completamente individual, es decir, algunas personas pueden requerir sólo 4 horas mientras otras hasta 10, 12 ó 14 horas.

La mayoría de estudios coinciden en que un niño de 3 a 5 años debe dormir de 10 a 12 horas; de 5 a 12 años debe dormir entre 11 y 12 horas; un niño de 12 a 16 años, debe dormir 9 ó 9 horas y media; los adultos entre 7 y 7 horas y media y los ancianos entre 6 y 7 horas.

Otra afectación de dormir poco es la acumulación de radicales libres, los cuales afectan la memoria, el rendimiento; además quienes no duermen el tiempo adecuado registran altos niveles de triglicéridos.

Si una persona entre 18 y 60 años duerme menos de 6 horas puede desencadenar el Síndrome Metabólico Alto, entre 7 y 9 horas es lo adecuado.

De igual forma, un niño entre 3 y 4 años debe dormir como mínimo 9 horas, de lo contrario tiene altas posibilidades de ser un adulto obeso o con sobrepeso.

Un sueño de calidad

No se trata sólo de dormir por dormir, sino de conseguir una calidad del sueño. Para ello debe haber también higiene y prevención del sueño.

Esto se refiere a dormir el tiempo necesario pero de manera óptima, sin despertares continuos, o sin algunos trastornos como los ronquidos o la apnea del sueño, generados muchas veces también por una gran cantidad de grasa abdominal.

La conferenciante enfatizó que no debe haber una restricción del sueño, es decir, forzarlo a dormir a una hora que no le corresponde; a los niños se les debe llevar a su cama a la hora indicada aunque no tengan sueño, el cerebro se dará cuenta que es hora de dormir.

Asimismo, resaltó que desvelarse y dormir por la mañana; todo esto a la larga también es factor que desencadena enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de alergias.

Y es que el ser humano está diseñado para dormir en periodos en donde no hay luz, por ello hacer lo contrario, se verá reflejado en un aumento del peso corporal.

Algunas de las profesiones que ocasionan cambios de horarios para dormir son los residentes, personas que laboran en transporte público, estudiantes, que incluso muchas veces duermen poco por realizar algunas actividades “de moda” como el uso de Internet, redes sociales, entre otros.

Lo que hace falta y los proyectos

La Investigadora, señaló que no hay política de salud que indique que la falta de sueño ó el trastorno del sueño, sea un factor que contribuya al sobrepeso, la obesidad, y a enfermedades metabólicas.

Recordó que México es el segundo país en el mundo con mayores índices de obesidad, sólo después de Estados Unidos y según la Encuesta Nacional de Salud en 2012, se ha dado un aumento de obesidad 2 y 3.

La incidencia mayor de sobrepeso está en mujeres de 50 a 59 años y hombres de 50 a 60 años, sobre todo en la región norte del país y en zonas urbanas.

En cuanto a Veracruz, se encuentra dentro de la media nacional en índices de obesidad y sobrepeso; sin embargo, éstas tampoco son cifras halagadoras.

Es por ello que la Investigadora expuso que se buscarán recursos por medio del CONACYT para aplicar la “Propuesta de Investigación en Medicina del Sueño”, en colaboración con la Dirección del Área Académica de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana.

Se trata del “Análisis de la relación entre el tiempo total de sueño y el índice de masa corporal en una población universitaria”; esto consiste en aplicar a todos los estudiantes de nuevo ingreso a la UV, mediante el Examen Integral de Salud, una encuesta sobre cantidad y calidad de sueño, además de otros factores como masa corporal.

Se aplicaría a alrededor de 4 mil estudiantes, hombres y mujeres en una edad de 17 a 20 años. Y aunque hacen falta otro tipo de pruebas para tener estudios precisos, la Conferenciante dijo que esto sería un primer paso.

Incluso habló de en un futuro se podría buscar que en la Facultad de Medicina de la UV se cuente con una clínica de análisis polisomnográfico.