ORFIS se convirtió en el “limpiador” de los entes fiscalizables: García Amaya

El Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) se ha convertido en el “limpiador” de los entes fiscalizables, aseveró Andrés García Amaya, auditor independiente y dos veces aspirante a auditor general.

Destacó que los cursos de capacitación que ha impartido el ORFIS desde su creación, están orientados a tapar las irregularidades que se cometen en el manejo de los recursos públicos.

“Más bien son cursos como para asesorarlos y evitar que les caigan, es decir, que hagan las cosas pero que no las hagan mal para que no se detecten las irregularidades, pero si se falla, entonces el ORFIS limpia la casa”.



Subrayó que en el año 2008 trabajó como fiscalizador del ORFIS y de lo que se percató es que no se quiere que nada se observe.

“En ese año no me pagaron un buen contrato porque detecté que la cuenta pública estaba amañada y eso no les gustó. Desgraciadamente la mayoría de los despachos contables se prestan a la corrupción, a tapar lo que quiera tapar el titular del ente fiscalizable”.

En el último sexenio y en lo que va del actual se han invertido cerca de 3 mil millones de pesos en las tareas de fiscalización que realiza el ORFIS y la Contraloría General del Estado y los resultados han sido nulos.



“Actualmente hay un descaro total de los entes fiscalizadores de no hacer nada y aunque se les demuestre (…) en mi caso he demandado muchos desvíos de recursos ante la Contraloría y ante el ORFIS incluso, hemos llegado al Ministerio Público y ahí se ha atorado”.

A su juicio, no es necesario reformar la Ley de Fiscalización Superior ni reestructurar al ORFIS, sino solamente cumplir con la ley.

La legislación federal y estatal velan por la transparencia y rendición de cuentas, incluso en el extranjero se ha dicho que México previó todo, “todo está en papel y dicen: qué chulada de país; pero la realidad es totalmente diferente”.



Dijo que hacer nuevas leyes y/o reformar las vigentes no servirá de mucho si en la rendición de cuentas y transparencia todo está amañado.

Argumentó que calificar al ORFIS como un “elefante blanco” es ser dadivoso con ese organismo, “más bien es un perro muerto”.